lunes, 1 de agosto de 2011

«Me siento maduro, sin la locura de los 20 años»

El bicampeón del mundo asturiano recibe a LA NUEVA ESPAÑA por su 30.º cumpleaños: «Como ciudadano soy tranquilo, sereno, respetuoso con mis vecinos; demasiado normal, sin extravagancias»

ÁLVARO FAES, BUDAPEST, HUNGRÍA, ENVÍADO ESPECIAL DE LA NUEVA ESPAÑA
Cumple hoy Fernando Alonso (Oviedo, 1981) 30 años y también treinta carreras con Ferrari. Abre la caja de sus sentimientos cuando habla de la familia, de su abuela ya fallecida y de la caja de bombones que ella le entregó sólo unos días antes de dejarles. Recibe a LA NUEVA ESPAÑA con motivo de su cumpleaños en Hungaroring. La treintena es un punto de inflexión, un momento que aprovecha para echar un vistazo atrás, asombrarse de todo lo que ha conseguido y tomar impulso para seguir adelante. Lleva Alonso toda la vida en un circuito, pero asegura que la cuarentena ya no le pillará saltando de un avión a otro para subirse a coches que van a trescientos por hora.

-Ya tiene usted 30 años, ¿con la edad cambia la vida?

-Significa tener otro punto de vista. Me siento un poco más maduro, más responsable. Ya no tengo la locura de los 20.

-Puede ser un buen momento para mirar hacia atrás.

-Con 30 años ya tienes un bagaje. A veces me paro a pensar e intento ver lo positivo de las oportunidades que he tenido, el karting, las fórmulas de promoción, la Fórmula 1, mis dos títulos mundiales... También miro al futuro, proyectos como el circuito de karting en La Morgal (Llanera) y la escuela de pilotos que puedo montar allí. Y ahora, la experiencia de estar con Ferrari.

-¿De verdad cree que es más importante pilotar para Ferrari que ser campeón del mundo, como ha dicho hace poco?

-A ver. Yo quiero ganar muchos títulos para este equipo. Pero a mí me paran por la calle en Japón, Australia, Canadá... y nadie dice, «hey, vamos a hacernos una foto con Alonso, que ganó el otro día en Silverstone». No. Dicen que soy el piloto de Ferrari. Cuando tenga 50 años si me recuerdan será por haber estado con ellos.

-¿Qué regalo le gustaría recibir?

-Ninguno en especial.

-¿Nada para su coche?

-Eso no puede ser un regalo. Tiene que venir del trabajo. Me vale con que la familia esté bien, que yo esté bien, que todo siga por el buen camino. Y profesionalmente, lo que venga será por méritos propios.

-¿Guarda un recuerdo especial de algún regalo de cumpleaños?

-Todos los de mi familia, pero hay uno que no olvidaré jamás. El último regalo de mi abuela. La perdimos un mes de agosto. Estaba ya muy malita, en la cama, y me dio una caja de bombones. Me hizo mucha ilusión.

-¿Un piloto de Fórmula 1 tiene miedo a algo?

-Todos tenemos miedos, lo demuestres o no. Temo a la muerte, a los problemas de salud, a volar cuando hace mal tiempo, a muchas cosas.

-Usted es rico, famoso, conduce los mejores coches, ¿tiene algo de malo su trabajo?

-Con todo eso se pierde la privacidad. Tienes cochazos, te pagan bien y tu vida es ir a tope por un circuito, lo que siempre te ha gustado. Pero hay cosas que hace la gente y yo no puedo. Ir de vacaciones a ciertos sitios, a los restaurantes. Y otras son incompatibles con la vida de un deportista.

-Hablando de vacaciones. También llegan a la Fórmula 1, justo después de esta carrera. ¿Dónde no le encontraremos?

-Creo que no voy a pasar esos días en España.

-¿Se mueve mucho en verano o es de quedarse en el mismo lugar?

-Me muevo, me muevo. Voy a varios sitios y estoy un par de días en cada uno. Si paso una semana y media en el mismo lugar, al poco ya hay mucha gente que sabe que ando por allí. Entonces me voy y empieza todo de cero.

-¿Planifica sus vacaciones buscando lugares donde no puedan reconocerle?


-Sí, claro que lo pienso. Para descansar es fundamental estar tranquilo y despejado.

-Pues tiene que ser difícil.

-No tanto. Hay sitios en que la Fórmula 1 no es tan conocida.

-¿Qué piensa cuando le critican porque sonríe poco o no es todo lo simpático que la gente espera?

-No presto atención. Lo respeto y paso página. Tengo la suerte de que cuando alguien me conoce se lleva una impresión buena y después se pasa meses repitiendo que ha sido una sorpresa. Me sucede a menudo.

-Ahora ya vive en España, un argumento menos para los detractores.


-Buscarán otro rápido. Pero no pasa nada. He vivido en España, Inglaterra y en Suiza. Vivía de verdad y pagaba todos mis impuestos. En los diez años que llevo en esto no hubo, ni hay ni habrá ningún problema con mis obligaciones fiscales. En eso soy muy estricto.

-¿Está contento ahora, más cerca de su familia, más arropado?

-No he notado mucho cambio porque estamos en plena temporada. Supongo que en invierno será diferente. Que ahora esté en Asturias no me ha cambiado mucho porque sigo viendo muy poco a mi familia.

-¿Cómo es el ciudadano Fernando Alonso Díaz?


-Muy tranquilo, sereno. Respetuoso con la ciudad, con la gente, con mis vecinos. Soy demasiado normal para lo que le gustaría a la gente, que espera que hagas algo extravagante sólo por salir por televisión.

-Hace poco fue usted mismo a pasar la revisión técnica de uno de sus coches. A la gente le puede extrañar.


-No veo por qué. No voy a estar encerrado todo el día en casa. Si he jugado un partido de fútbol y hay que pasar la ITV al coche pues acompaño a mi padre o voy solo. No pasa nada, No tengo a nadie que me haga esas cosas. Sigo siendo un chaval completamente normal cuando estoy fuera del circuito.

-A los 10 años ya andaba por los circuitos; a los 20 también, aquí está a los 30, ¿a los 40?


-No. Bueno, nunca se sabe, pero a esa edad no sé si podría dar el cien por cien en cuanto a la exigencia física y mental de la Fórmula 1. Con 40 tendré otro estilo de vida y otras prioridades.

-¿De dónde saca la motivación para dar ese máximo del que habla durante tantos años?

-De lo competitivos que somos los deportistas. Me gusta demasiado ganar y odio demasiado perder. La victoria es la mejor sensación que jamás he tenido y la derrota, la peor. Y las separa un hilo tan fino que te quedas enganchado.

-La semana pasada Lewis Hamilton dijo que quería ganarle al golf, ¿acepta el reto?


-Sí, no tengo ningún problema. Seguro que terminamos jugando. Si fuera de Europa coincidimos en un hotel, nos vemos en el desayuno y no tenemos nada que hacer, igual sí. Pero no tenemos una relación tan cercana como para planearlo.

-Sería para ganarle.

-Por supuesto.

-¿Por qué circulan tantos bulos sobre su vida?

-No me pasa a mí sólo. Supongo que es normal. Cuando estás tan expuesto todo el mundo tiene algo que decir de ti. Quizá otros pretenden aprovecharse. Si dicen que no sé qué casa es de Alonso, a lo mejor es que tiene una al lado y quiere venderla mejor.

-¿Cuándo supo que el coche de este año tenía problemas?

-Pronto. Cuando poníamos piezas nuevas los viernes y los datos no eran ni buenos ni malos. Sólo extraños.

-Hace un año, también retrasado en el campeonato, dijo que lucharía por el título. ¿Qué dice ahora?

-Que Vettel lo tiene muy de cara, pero que estamos en un buen momento. Todavía guardamos la esperanza, aunque no tenemos ningún objetivo fijado.

-¿Se divierte compitiendo contra algún rival en especial?
-Sí, con Button y con Webber. Los duelos con ellos son buenos y con juego limpio y respeto. Son educados en la pista.

-¿Y los otros?

-No tanto.

-¿Es usted presumido?

-Va por épocas. A veces sí, a veces no.

-¿Se gusta en las fotos que se publican de usted?

-Procuro no fijarme demasiado.

-Es usted algo maniático de los números, ¿ha pensado ya algún juego con el 30 de sus años?


-Sólo sé que esta será mi carrera número 30 con Ferrari. Curioso, ¿no?

-Dicen sus allegados que es muy cabezota.

-¿Por el tamaño? (suelta una carcajada) Sí, sí que lo soy. Si creo en algo es difícil hacerme cambiar de idea, pero si lo hacen voy hasta el final con ello.

-¿Le dan por imposible?

-Más o menos.

lne.es

Parada en boxes

1. En el avión, ¿ventanilla o pasillo?
- Ventanilla.

 2. ¿Servicio de habitaciones o restaurante del hotel?
- Restaurante.

 3. ¿Ordenador portátil o videojuegos?

 - Videojuegos.

4. ¿Hotel junto al circuito o en la ciudad?
 - En el centro.

5. ¿Puntual o tardón?

 - Soy puntual.

6. ¿Carne pasada o poco hecha?
 - Muy pasada.

7. ¿Pasta o ensaladas?
 - Pasta.

8. ¿Asturias o Italia?
 - Indudablemente, Asturias.

9. ¿Playa secreta u hotel discreto?
 - Playa secreta.

10. ¿Senna o Prost?

 - Senna.

lne.es


viernes, 8 de julio de 2011

Alonso: «Nunca tengo sensación de peligro»

«He llorado muchas veces, aunque en la Fórmula 1, no tantas»

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS 8/07/2011

La vida transcurre plácida para Fernando Alonso Díaz. El remanso de paz que ha supuesto Ferrari para él ha templado su carácter impetuoso y volcánico. Cerca de los 30 años (cumple el 29 de julio), convive con sabiduría con la ausencia de triunfos. Él, que revolucionó un deporte clandestino en España, percute contra un enemigo que vende bebidas energéticas en todo el mundo. Se presenta a la entrevista con ABC provisto del atuendo Ferrari en horario de trabajo. Completamente rojo. Su inseparable gorra modelo 2011 viaja con él.

—A punto de cumplir treinta años, ¿en qué fase vital se encuentra?

—A nivel profesional es la mejor fase de mi vida. Tengo más experiencia, conozco mejor que nunca un deporte complejo como éste. Con más ambición y motivación que nunca porque conducir un Ferrari es lo máximo. Y a nivel personal, también muy bien, disfrutando de la vida. Intento compaginar los viajes y la exigencia de la F-1 para estar el mayor tiempo posible con los míos.

—¿Qué se aprende cuando no se gana?

—Pues más o menos lo mismo que cuando ganas. Tal vez cuando no ganas, los recuerdos se te quedan grabados con más intensidad. Piensas más en los errores que has cometido o en las mejoras que tienes que conseguir. La derrota te marca más.

—La afición española pensó que al llegar usted a Ferrari se juntaban lo mejor con lo mejor. ¿Siente decepción por cómo marchan las cosas?

—Nunca pensé que se juntaban lo mejor con lo mejor. Cuando llegué aquí, en 2009, Ferrari estaba fuera de la Q1, con Fisichella, Badoer... sin Massa... Sabía que era un proyecto a largo plazo y que había que recuperar el dominio de Ferrari. Era una nueva F-1, con el cambio de normativa, la prohibición de los test, y hacía falta muchísimo trabajo. Lo que pensasen desde fuera, es el problema de tantas veces...

—A usted no le importa mucho el que dirán...

—No, no me importa, pero no tiene lógica. Ese debate viene alimentando por la ilusión de la gente por verte ganar, por lo que significa Ferrari y las pasiones que levanta.

—¿Pensaba que pasaría tanto tiempo sin volver a ganar un título (2006)?

—No pensaba nada en particular. Al acabar 2006, pensaba en ganar en 2007. Y luego 2008, y así sucesivamente. Pensaba ganar el año pasado y esta temporada la inicié pensando en ganar. Nunca me paré a pensar si pasaría más o menos tiempo... De hecho, no sé si volveré a ganar otro título. Espero que sí. Esto es deporte, F-1, y nunca sabes.

—¿Cuántas cosas cambiaría si echase la vista atrás?

—Si pudiera, cambiaría muchas cosas de mi vida personal y profesional, pero como no se puede rebobinar, no pierdo el tiempo pensándolo.

—Lloró en Abu Dhabi al perder el Mundial. ¿Ha llorado muchas veces?

—Sí, he llorado muchas veces. En los karts cuando era pequeño me tocó llorar varias. Y supongo que cuando me regañaban mis padres, también. En la F-1, menos.

—¿Hay algo peor que perder para usted?

—En la vida hay muchas cosas peores que perder. Como profesional, perder es lo peor. La derrota y la victoria están separadas por una línea muy fina.

—Vive en un idilio con Ferrari. ¿No hay nada que le haya sorprendido por negativo?

—(Mira al jefe de prensa del equipo, se ríe y contesta). No.

—¿Qué significado tiene para usted Maranello (el centro de operaciones de Ferrari)?

—Pues para mí es como el corazón de Ferrari y de la Fórmula 1. Todo sería diferente en este campeonato si no existiese Ferrari. También serían diferentes otras categorías, el Mundial de Turismos, Le Mans... Cuando no está un Ferrari compitiendo por la victoria o no está en candelero, la carrera siempre tiene menos repercusión.

—¿Por qué el Red Bull corre tanto?

—Corre un poco más que el nuestro. Muchas veces parece que el Red Bull es una máquina perfecta y el Ferrari un coche que cualquiera puede hacer en el garaje de su casa. Estamos cinco décimas detrás. Es un coche muy evolucionado en el plano aerodinámico. Han entendido la regla aerodinámica con más claridad que los demás en los últimos dos años y ha tomado ventaja. Tampoco es un secreto que en Ferrari tuvimos problemas de interpretación en el túnel del viento y arrastramos esa desventaja. Teníamos un coche muy competitivo en invierno, pero en la última fase del invierno de repente nos quedamos atrás.

—¿Quién es mejor, Lewis Hamilton o Sebastian Vettel?

—Los dos son grandísimos pilotos. Si tengo que elegir, me quedo con Hamilton . Lo conozco más porque compartí equipo con él y a nivel de pilotaje, está un escalón por encima de Vettel.

—¿Nunca ha tocado por error un botón del volante que le haya causado algún problema?

—En carrera, no. En los entrenamientos sí que la he liado alguna vez con el limitador de velocidad. Es el botón con más peligro. Te limita el coche a 100 por hora y cuando aceleras, no pasa de 100 en una recta.

—¿No se vuelve loco con tantos botones en el volante?

—Un poco sí. Ahora se impone otro tipo de conducción, más precisa, de capacidad mental, de recordar y automatizar movimientos. Pulsas los mismos botones en las mismas curvas... Antiguamente era una conducción más intuitiva: un volante, el cambio de marchas y tú. Cada vuelta era distinta.

—¿Le gustaba más ese estilo que premiaba el talento?

—El talento salta siempre a la vista. Cuando más facultades te sobran, más tiempo tienes para tocar botones. Cuando empezamos el primer día de la pretemporada, no tocamos ni la mitad de los botones. Tenemos que aprender y familiarizarnos con la máquina.

—¿Usted conduce mejor en los circuitos o en la carretera?

—En los circuitos, con mucha diferencia. He nacido y crecido en circuitos. Tengo más facilidad para saber donde tengo que frenar, trazar y acelerar... En la carretera no tengo referencias y nunca he llevado un coche al límite.

—¿Cómo es el Alonso ciudadano al volante?

—Normal, cauto, precavido.

—¿Nunca le han multado?

—No. Multa de tráfico, no. Alguna, por aparcamiento... Si te digo la verdad, no conduzco mucho. Siempre voy con alguien que conduce.

—En su trasiego viajero por el mundo, ¿alguna vez se ha levantado de la cama y no sabía dónde estaba?

—(Piensa largo rato). No, nunca. Siempre sé dónde estoy.

—¿Qué error ha corregido gracias a la experiencia?

—Ahora entiendo mejor la Fórmula 1. Es un deporte diferente. Hay intereses deportivos, económicos, políticos... Sólo así puedes disfrutar la F-1. Si quieres ser sólo un piloto y pasarlo bien, tienes que ir al karting o las fórmulas pequeñas, donde sólo hay ruedas, motores y válvulas... En la F-1 debes entender que habrá decisiones que no te cuadren, política y negocio. Cuando llegué a la F-1, esto no me gustaba y no era feliz. Ahora las entiendo, las acepto, no me paro a pensarlas y soy feliz al cien por cien.

—¿Es difícil renunciar a la F-1 por el sueldo que se gana o por los coches que se conducen?

—Porque es el camino que elegí. Empiezas en el kart, pasas a los fórmulas, a la 3, la 3.000, la Gp2. Llegué a la F-1 sin que yo lo decidiese. Es una forma como otra de ganarse la vida, muy bien pagada eso sí.

—Practica ciclismo, golf, tenis, esquí, fútbol... En su alma de deportista, ¿echa de menos que la F-1 sea más un deporte que otra cosa?

—Sí. Echo de menos que la F-1 sea algo más deporte. Que te pudieses comparar con otros deportistas, que primase el esfuerzo físico o que el ADN del atleta tuviese más importancia, y no tanto el coche. Pero bueno, la F-1 es así. Y si te gusta y la aceptas, mucho mejor.

—¿Se divierte más fuera que aquí?

—Bueno, la F-1 es mi trabajo. No es una diversión. Cuando quiero divertirme de verdad, juego al fútbol con mis amigos, monto en bici sin parar, cojo el kart.

—¿Nunca siente miedo?

—Nunca percibo el peligro, ni cuando estoy en un fórmula 1 ni cuando bajo puertos con la bici o desciendo con los esquíes. Algún día tendré un susto, pero mientras tanto...

—¿Que opina del caso Contador?

—El ciclismo tiene este problema: la persecución que vive desde los organismos oficiales. Ya se ha demostrado una vez que fue una contaminación, pero se sigue dando vueltas y vueltas... Más morbo, más polémicas. Si esos niveles se hubiesen dado en otro deporte, en el fútbol por ejemplo, nunca habrían salido a la luz. No habría pasado nada. El sistema es demasiado duro con el ciclismo.

—¿Se relaciona con los otros cracks del deporte español?

—Sí, claro... Con los ciclistas, Samuel Sánchez, Sastre, Contador... Con Casillas, Nadal, Gasol. Nos encontramos a veces en actos benéficos, jugamos al fútbol en Navidad...

—¿Nadal le ha quitado la pole en el afecto de la afición española?

—Sin duda así es. Aunque no creo que yo tuviese antes ninguna posición de privilegio. Pero ahora Nadal y la selección española de fútbol son los que nos hacen pasar mejores domingos a la afición. Es normal que ellos estén en la cima.

—¿Qué tiene de genético de su padre?

—Casi todo. Tanto en el físico como en el carácter, el 90 por ciento soy de mi padre.

—¿Y de su madre?

—La parte cariñosa de mi carácter.

—Tal y como transcurre su idilio con Ferrari, ¿podría ser su retiro cuando deje la F-1?

—No me veo en la Fórmula 1... Son ya muchos años... Desde los 19, en la Fórmula 1, desde los tres en el kart. Muchos años dedicados a este deporte. Puedo hacer otras cosas relacionadas con el karting o el motor. La Fórmula 1 exige disponibilidad total y yo quiero descansar.

—¿Qué fue de su proyecto de equipo ciclista?

—Pues no elegí el mejor momento... No son buenos momentos ni para la economía ni para los patrocinadores.

—¿Qué calles, olores, sabores ha recuperado en su vuelta a Oviedo (ha trasladado su residencia de Suiza a la capital del Principado)?

—Bueno, ya no voy por las calles que iba antes ni juego como antes. Lo mejor es estar en casa. Escuchar a la gente hablar en español es maravilloso después de diez años en el extranjero. Mucha tranquilidad. Ahora puedo decir que tengo calidad de vida.

—Se expresa en cuatro idiomas. ¿Cómo explica su facilidad para los idiomas?

—Aprendí italiano cuando viajaba a la carreras de karting. El francés, en el instituto. Y el inglés fue obligado por la Fórmula 1. Es cierto, no me cuesta trabajo.


El test de Alonso

LA SITUACIÓN DE ESPAÑA

Crisis: Es un momento difícil, no sólo para España.
Paro: Se trata de un problema que sólo podemos superar estando más unidos que nunca.
Indignados: Hay que respetar y escuchar a todo el mundo.

¿QUÉ OPINA DE...?

Hamilton: Uno de los mejores pilotos, siempre un rival ahora y en el futuro. Respeto enorme por él.
Newey: Personaje importante. Un hombre que puede hacer la diferencia, pero algún año también lo ha hecho mal. La magia no existe.
Nadal: El mejor deportista español, un número uno del tenis, un ejemplo para todos.
Casillas: capitán de un gran generación que ha ilusionado a España.
Gasol: El mejor jugador de baloncesto que ha habido en España. Valoraremos sus dos anillos cuando no esté.
Contador: El mejor ciclista del mundo y aspirante a ser el mejor en los libros de historia.
Alonso: Un buen cantante.

ABC

domingo, 3 de julio de 2011

"Si pilotara para Red Bull podría tener campeonatos del mundo, pero no sería tan feliz como lo soy en Ferrari"

30.06.11 NIRA JUANCO

Hace mucho calor en Valencia. Llego corriendo al ‘Castillo de Ferrari’. Es como llamamos los periodistas al motorhome del equipo porque ahí dentro se refugian sus pilotos en busca de la difícil cama durante un Gran Premio. Fernando Alonso sale de su cuarto y con una sonrisa nos dice irónicamente “tengo unas ganas de hacer otra entrevista…” Estamos en España y es el piloto más solicitado. Pero él sólo piensa en una cosa, subir al podio y conseguir por fin ese trofeo de uno de los pocos circuitos que se le resisten.

-Hola Fernando, ¿has hecho muchas cuentas estos días?
Ninguna

-Aunque digas que no has hecho cuentas, eres muy supersticioso, pero ¿por qué tanta cosa con el número 14 y por qué tantas sumas matemáticas?
El 14 es un número que siempre me ha gustado y por coincidencias, desde pequeño siempre que tenía ese numero en carreras de karts o en exámenes, me han ido bien las cosas. Por eso, el 14 siempre es un número que intento buscar. Siempre hago algún cálculo matemático con las habitaciones de hotel, con el día que es o con el número de chasis del coche a ver si de alguna manera, multiplicando, sumando o restando las dos o tres cifras que tiene ese número, me da el 14.

-Canadá fue un GP para olvidar, ¿llevas las mismas deportivas que llevaste en Montreal? Porque si te va mal en una carrera sueles cambiar, ¿no?
Sí, pero llevo las mismas zapatillas. Tuvimos un domingo de malos resultados, pero el fin de semana en general fue bueno, el mejor que tuvimos en toda la temporada con un viernes muy bueno y un sábado en primera línea de salida. Pero sí, normalmente si tengo un fin de semana malo suelo cambiar las zapatillas o cambio el reloj, aunque cada vez lo hago menos y de hecho este fin de semana no he cambiado nada.

-Estás a punto de cumplir 30, ¿cómo lo vas a celebrar?
Como cualquier otro año, con una tarta y en un circuito. Durante los últimos diez años de mi vida, creo que en ocho o nueve ocasiones he cumplido años en un circuito, nunca en casa, y este año toca otra vez en Hungría. Con lo cual será un cumpleaños muy normal, muy poco divertido en un fin de semana de carreras. No le doy mucha importancia a los cumpleaños.

-Muchas veces te has quejado de tu falta de intimidad, si dieras marcha atrás, ¿volverías a dedicarte a esto o elegirías una vida más discreta, una vida normal?
No, no, elegiría esta misma vida. Hay cosas que no entiendo o a lo mejor es que no me han educado igual que a otras personas o a otros periodistas. Pero cada uno es como es. Ni me quejo ni vivo mal, pero hay cosas que no compartes y tienes que llevarlo de la mejor manera posible.

-¿De verdad que te da exactamente igual lo que digan de ti? porque las críticas siempre duelen
De verdad que me da igual. Es difícil que alguien viendo la tele te pueda criticar la conducción. Si es una crítica de un amigo personal que te diga que has hecho esto mal o que le has decepcionado, pues ésas sí que duelen. Afortunadamente de ésas no he recibido muchas y las que he recibido se quedan en la intimidad. Pero si dicen que mi gorra es muy grande y luego van a comprar una gorra igual; o que mis gafas son muy horteras y luego van a una tienda a comprarse las gafas de Fernando, que es lo que pasa normalmente con los habladores anónimos, pues esas críticas me hacen gracia.

-Me preguntan cada dos por tres que cuando te vas a hacer Twitter, ¿qué les digo?
Que posiblemente nunca. Con los amigos que tengo de verdad, me mando mensajes o los llamo, los veo cada pocos días y no me hace falta Twitter para comunicarme con ellos.

-Estás construyendo el mejor circuito de karting de Europa, ¿para cuándo la inauguración? ¿Será un buen lugar para refugiarte cuando te retires?
Aún no se para cuándo la inauguración, no está en nuestras manos. Tendría que estar inaugurado ya, pero por desgracia todavía está parado. Esperemos que sea cuanto antes. Y sí, cuando me retire no sólo tendré ahí un sitio para disfrutar y seguir conduciendo y experimentando las sensaciones de un piloto dentro de un kart, sino también para enseñar a niños educación vial y también cursos de conducción más deportiva.

-Todos tus trofeos irán al Museo Fernando Alonso que estará dentro del circuito de Karting, pero aún te faltan 3 por conseguir, ¿son tu segundo gran objetivo de la temporada?
Sí, el primero es intentar ganar todas las carreras a las que vamos. Pero no niego que me faltan sólo 3 trofeos de todo el calendario de Fórmula 1, Valencia, Abu Dhabi e India (que se estrena este año). Y aquí en Valencia, un podio me haría especialmente ilusión, más que en cualquier otro circuito.

-Eres una gran imitador, ¿cuál ha sido el último personaje al que te has atrevido a imitar?
Lo piensa mucho, se le escapa una sonrisa a lo que le digo: “¿qué pasa, no lo puedes decir?. Y él contesta: “Me viene uno a la mente, pero no lo puedo decir…(se ríe de nuevo y mira a Luis García Abad, su manager, con complicidad) No sé, alguien del equipo, algún mecánico”.

-Has tenido un par de sustos con los aviones últimamente… ¿Te está entrando miedo a volar? ¿Sigues adelante con el carnet de pilotos de aviones?
Lo del carnet está parado, hay que estudiar mucho y hay que tener tiempo disponible. A ver si lo retomo en agosto cuando pare la F1. Y con respecto a volar, seguramente a nadie le gusta volar con mal tiempo, con muchas turbulencias, con algunos sustos, pero para un piloto de F1 sería impensable no volar.

-¿Qué crees que hace a un piloto (de F1) diferente?
Supongo que la cabeza. Mantenerse frío o tranquilo en momentos límites. Todos sabemos conducir, todos hemos ganados en las categorías que hemos competido anteriormente, todos llegamos a la F1 con un talento mínimo necesario, pero hay momentos en los que hay mucha presión y tienes que mantener la calma. Me imagino que ese control hace la diferencia.
-¿Qué está siendo lo peor de este año?
No poder competir de tú a tú con Red Bull. Estamos a muchos puntos de la cabeza y lo peor de este año es quizás que Vettel ha ganado casi todas las carreras sin compartirlas con nadie y no ha cometido ningún error. Pero el resto tampoco en muy diferente al año pasado.

-Es tan difícil ganar un mundial… y tú lo tuviste en tus manos, ¿sigues dándole vueltas de vez en cuando?
No. He luchado cuatro veces por el mundial, en dos ocasiones he ganado, en otras dos he perdido en la última carrera. Y soy subcampeón del mundo de F1, que es un desastre para todo el mundo menos para mi e intentaré seguir luchando por ser campeón los próximos años.

-Eres un gran mago, ¿qué truco podrías hacer con tu Ferrari para ganar el mundial o para empezar a ganar carreras?
Hay poco que hacer, no hay ningún secreto. La aerodinámica a día de hoy en la Fórmula 1 es tremendamente importante y es nuestro punto débil ahora mismo y estamos trabajando día y noche para mejorarla. Desde el punto de vista del piloto lo único que puedes hacer es conducir lo más rápido posible, no cometer ningún error, intentar hacer vueltas de cronos muy buenas, salidas muy buenas e intentar estar en la pelea. Eso es lo que vamos a intentar, pero la magia en la F1 es complicado.

-El año pasado tú fuiste el que más creyó en ti demostrando que la remontada era posible. ¿Este año, la remontada es posible?
Todo depende del coche. Si el coche está capacitado para ganar carreras, hay tiempo suficiente para remontar. Pero estando a un segundo de Red Bull de media en todas las cronos es imposible remontar. Por lo tanto, estamos ahora mismo a la expectativa de una mejora del coche importante. Si llega en las próximas carreras estaremos en condiciones de luchar, pero si sigue todo igual, lógicamente es imposible. Milagros no se pueden hacer.

-¿Se verá en Inglaterra?
Sí, Inglaterra es un circuito muy de aerodinámica, muy parecido a Barcelona donde quedamos muy atrás, doblados en carrera. Por lo tanto en Silverstone, si logramos estar arriba, significa que tenemos un coche muy competitivo para lo que queda de año, pero si seguimos tan atrás será difícil y habrá que luchar por victorias parciales en grandes premios, por podios, vueltas rápidas y este tipo de cosas ya más secundarias.

-¿Has intentado convencer al equipo para que fiche a Adrian Newey?
No

-Sólo te queda un récord en tu poder, el de bicampeón más joven, y Vettel podría quitártelo este años, ¿te dolería mucho?
Nada

-Tuviste una oferta de Red Bull y la rechazaste, ¿te arrepientes?
No, no, porque quizás tendría tres o cuatro campeonatos del mundo, pero no sería tan feliz como soy ahora ni conduciría un Ferrari. Creo que es más importante para un piloto de carreras pilotar para Ferrari que tener un campeonato del mundo.

-¿Qué te da Ferrari para hacerte tan feliz?
Ferrari es Ferrari. Es difícil decirlo con palabras, pero conduces para la mejor marca de automóviles de la historia y te ofrece la oportunidad de representar al Cavallino por todo el mundo, de colaborar y de probar los coches de turismo que producen. Los equipo privados de F1 o los que no tienen detrás una marca de automóviles, son simplemente eso, equipos de F1 y Ferrari es mucho más.

-¿Cuántos coches tienes en total?
Unos cuantos

-¿Cuántos son Ferrari?
Tres

-¿Cuántos son rojos?
Dos

-Sabes que Don Emilio Botín es uno de tus mayores fans, ¿cómo es tu relación con el Presidente del Banco Santander?
Es una excelente persona muy aficionado a la F1, muy aficionado al deporte en general. Es un patrocinador que se ha unido a esta aventura con Ferrari, pero también tuve la oportunidad de trabajar con él cuando estaba en Renault, con Universia. Después de tantos años se puede decir que es una persona con la que hay una amistad.

-¿Quién gana al golf, tú o él?
Él, de momento, yo tengo aún mucho margen de mejora (se ríe).

-Te molesta que Domenicali diga que Schumacher es el mejor piloto de la historia?
No, tiene toda la razón. No creo que nadie lo dude. Quien piense que Michael no es el mejor viendo sus número, 91 victorias, 7 campeonatos del mundo, etcétera, es que no conoce el deporte del motor.

-Hamilton ha dicho que tú eres para él lo mismo que Schumacher fue para ti...
No, no lo creo

-Una duda, ¿has vuelto a entrar en el Hospitality de McLaren después de tu salida?
No, en octubre de 2007 fue la última vez

¿Fue 2007 el peor año de tu carrera deportiva?
No, no, no. El peor de mi carrera fue 2002 seguramente, luego 2001, luego 2009 y luego 2008… Y luego 2007 o 2004.

-¿Volverías a compartir equipo con Hamilton?
¿Por qué no? Con Hamilton no tengo ningún problema y tampoco lo tuvimos en McLaren. Le tengo un respeto absoluto. Mientras que no se en McLaren, compartir equipo con Hamilton sería bueno.

-¿Y con Vettel? Porque suena mucho su nombre como futuro compañero tuyo en Ferrari.
Yo no tengo problemas en compartir equipo con nadie. He tenido la suerte de estar con grandes pilotos, aún cuando comparten conmigo parece que han perdido velocidad y se han convertido en malos pilotos. Por tanto, me gusta batir a mis compañero, me gusta dar el máximo y si viene un gran piloto y también logro batirle, quizás se valore más lo que hago.

-¿Echas de menos a uno de tus mejores amigos en el paddock, Robert Kubica?
Sí, creo que no sólo yo, todo el mundo le echa de menos. Es un piloto muy simpático, con mucho carisma y supongo que quien más le echa de menos es su equipo porque este año tienen un gran coche y no le tienen a él para luchar por podios y victorias. Espero que vuelva pronto.

-Describe con una palabra a Stefano Domenicali
Generoso

-Montezemolo
Inteligente

-Andrea Stella (su ingeniero de pista)
Hablador

-Luis García Abad (su manager)
Tranquilo

-Don Emilio Botín
Apasionado

-¿Eres consciente de que el futuro de Ferrari está en tus manos? ¿Qué les dirías a todos los ferraristas para que vuelvan a recuperar la ilusión?
Que estén tranquilos. Están un poco desilusionados por las grandes exigencias que tiene este equipo. Cada vez que empiezas un año tienes la obligación de ganar todas las carreras y de ganar el campeonato. Haciendo un campeonato como este 2011, hasta ahora de los mejores que he hecho nunca, con las mejores cronos que recuerdo, las mejores salidas que recuerdo, ha ido todo muy bien y estamos prácticamente a 20 puntos del segundo que es Button. El único que se ha ido es el primero y aún así parece que es un desastre de año. Esto es sólo por la exigencia única que se le pone a Ferrari. Por tanto, hay que trabajar con tranquilidad. Si bien es cierto que Ferrari tiene la obligación de ganar, en la F1 y en el deporte en general no todo es tan fácil y nuestros rivales son también muy fuertes. Pero Ferrari va a estar en la lucha en un futuro temprano.

TEST
-Coca cola o cerveza
Coca cola
-Otro deporte aparte de la F1
Ciclismo
-El mejor deportista de todos los tiempos
Michael Jordan
-El mejor piloto de la historia
Ayrton Senna
-¿Qué hace para relajarse?
Hago deporte
-¿Dónde va a pasar sus vacaciones?
En casa
-Películas de acción o comedia
Comedia
-¿Qué viaja siempre contigo (que no sea la ropa claro)?
Cámara de fotos
-¿A qué tienes miedo?
A los insectos varios
-¿Cuándo fue la última vez que te emocionaste?
No lo recuerdo
-Descríbase con 3 adjetivos
Cabezota, cabezota y cabezota

Formula Santander

Rutina Maranello + Entrevista

La casa de su vida

El piloto español abre a EL MUNDO las puertas de la fábrica de Ferrari, donde trabaja 12 horas al día para mejorar con urgencia su monoplaza.

JAIME RODRÍGUEZ / Maranello (Italia)
18-05-11

«El mes de mayo aquí es una gozada». Fernando Alonso habla con aplomo de veterano a pesar de llevar apenas año y medio pisando estas tierras rojas, a media hora de Bolonia, en el noreste italiano. Maranello, 16.000 habitantes entre rontonditas verdes, pequeña ciudad industrial con el hilo musical de los motores siempre encendido, el petardeo que no cesa. Punto de peregrinación de la religión ferrarista y centro de trabajo para 3.000 empleados, entre ellos, el piloto español y su equipo de Fórmula 1, volcados en mejorar con urgencia la añada de 2011. En la previa del Gran Premio de España, que se celebra este próximo fin de semana, EL MUNDO ha radiografiado una jornada del asturiano en la fábrica de su escudería. Por primera vez, un periódico le acompaña tras los muros donde se construyen los coches más famosos del mundo. La casa de la leyenda, la casa de su vida, donde busca, sueña y necesita volver a ser campeón.

09.00 h. Cita seria para empezar el día: espera el presidente en su despacho. Alonso cruza la puerta unos minutos antes con ojeras de no haber dormido mucho. Son tiempos duros, de áspera faena, con el buen sabor del podio de Turquía, la semana pasada, y la necesidad apremiante de afilar su monoplaza para plantar cara a los Red Bull, favoritísimos tras lo visto en las primeras carreras. Llegó tarde la noche anterior, directo al apartamento donde pasa unas 120 noches al año. Estudio sencillo, donde reside un amigo de la infancia que ha entrado como ingeniero en Ferrari. Desayuno frugal, vaqueros y camiseta roja. El boss, Luca Cordero di Montezemolo, quiere ponerse al día de boca de su piloto número uno y del jefe de la escudería, Stefano Domenicali. Los tres, en confianza, hablan de la delicada situación. Detallan los avances y las piezas que no van, los caminos abiertos y cerrados. En esas reuniones aflora el Alonso fiero, el de siempre, no el prudente y cuidadoso de las ruedas de prensa, sin una crítica pública a los suyos desde que llegó. Da su opinión, exige cambios y aplica sus 10 años de experiencia en la F1. Para eso le contrataron. O aprietan ahora o la temporada se esfuma. Todos lo saben.

11.00 h. Tras el intenso encuentro en las oficinas de la Gestione Sportiva, la sección de la factoría dedicada a la Fórmula 1, Alonso se dirige al simulador. Camina ligero, concentrado, sólo con leves sonrisas para los operarios de motores. En funciones tan técnicas como la elaboración de piezas del propulsor, él poco tiene que aportar, pero comprendió muy pronto que todos aplauden la cercanía del piloto, figura central históricamente en la Scuderia. Sale por un patio trasero mientras sus dos hombres de confianza, Luis García Abad –su manager– y Luca Colajanni –jefe de prensa del equipo– le actualizan la agenda. Al instante, cambia el chip y activa el modo piloto para subirse al potentísimo simulador, una de las últimas innovaciones de Maranello, básica tras la eliminación de tests durante el campeonato. Le esperan tres horas de sudores porque aquí se circula a 300 kilómetros por hora pero sin moverse del asiento, sin viento en la cara. Fabrizio Borra, su fisioterapeuta, le ofrece toallas y agua en los leves descansos.

14.00 h. «Vamos al Montana», indica a su clan. Muchas veces un bocadillo y algo de fruta es su comida si el simulador reclama más tiempo, pero hoy quiere la pasta de mamma Rosella. La señora de pelo cano regenta un acogedor restaurante a las afueras de Maranello convertido en la cocina de los pilotos. Aquí Schumacher aprendió a cocer espaguetis y Alonso come rigatoni con tomate entre arrumacos de la mesonera, con dotes de adivina. «Le dije que en Turquía subiría al podio», cuenta al periodista mientras ofrece una mortadela sabrosísima. En las paredes, decenas de fotos del universo ferrarista con lugar preferente para las de su nieto asturiano, que incluso se apropia algunas noches de los fogones privados del Montana, los de la vivienda de la familia, para hacer tortilla o paella mientras ve los partidos de la Liga. El pasado año, el domingo que ganó en Monza, llegó hambriento a medianoche. Rosella le tenía lista una mesa donde estuvieron celebrando el triunfo hasta las cinco de la mañana entre postres, limoncello e historias con solera.

15.30 h. Vuelta al tajo, con la tarde repleta de actividad. Como la mayoría de las ocasiones en que acampa en la fábrica, hoy está aquí por voluntad propia, no por contrato. «Nos van a echar por pesaos», bromea su gente. Su compañero, por ejemplo, se deja caer menos. Cuestión de compromiso, cuestión de carácter. «Me gusta estar, me ayuda a mí y todos lo agradecen», confiesa. La sobremesa se abre con visita al taller de montaje de los Fórmula 1, donde las fotografías están prohibidas. Los coches de Alonso y Massa han llegado días atrás de Estambul. Abiertos en canal sobre los fosos, un grupo de mecánicos estudia con atención diversas partes. En el suelo ni una mancha de grasa, con la luz natural entrando por grandes ventanales y plantas verdes en los rincones. Escenario de trabajo diseñado siguiendo la filosofía Formula Uomo (Fórmula Hombre) impuesta por Montezemolo, que ha buscado para sus empleados un entorno natural, agradable, donde no olviden que hacer Ferraris debe ser una labor de artesanos, no de metálica fabricación en serie. Andrea Stella, el ingeniero de pista de Fernando, espera al piloto con datos de la última carrera y apuntes de la próxima. Ambos suben y bajan a los despachos superiores para revisar análisis o ver vídeos. Mirada al presente y al futuro, porque también Alonso debe dar el visto bueno al volante del año que viene y realizar alguna prueba sobre el confort del asiento del coche.

17.00 h. En la densa negociación con Ferrari para definir su contrato, los representantes del piloto tenían una condición primordial: reducir al mínimo los días de compromisos publicitarios, una de las obligaciones de la Fórmula 1 que menos le entusiasma. Éste fue también el motivo fundamental que se cruzó en su camino hacia Red Bull años atrás. La escudería energética, dominadora del actual campeonato, exigía una serie de actuaciones fuera de la pista que no cuadraban con su estilo. Alonso necesita aire, pero asume la parte de business que acarrea su muy bien pagado oficio. «¿Están probando en Fiorano?», pregunta interesado por el zumbido que llega del circuito privado que tiene la compañía, casi haciendo el gesto de olfatear la gasolina. Le apetece ponerse al volante y la Scuderia encantada, porque va a poder ofrecer a un grupo de vips llegados de California la posibilidad de rodar con su piloto estrella. En la pista, sube y baja a los extasiados dueños de Ferraris que no podían imaginar mejor monitor. Entra y sale al asfalto disfrutando, haciendo el caso justo a los mecánicos. Lo pone a fondo. Al bajarse, le espera una sesión de fotos y libros a firmar que irán a los exclusivos concesionarios que la marca tiene por todo el mundo. El último, en el Paseo de Gracia de Barcelona, que mañana mismo inaugura el español.

18.00 h. La tarde primaveral invita a seguir al tibio sol y Alonso medita durante unos instantes hacia dónde tirar ahora. «¿Gimnasio...? No, mejor un poco de bici, ¿no, Fabri?», pregunta/manda a su fisio, que ya tenía preparada la montura, conocedor a la perfección de los gustos del jefe, enganchado al ejercicio físico. Son muchos años a su lado y ahora, como todos los que rodean a Alonso, Fabrizio Borra disfruta de la calma en la que están instalados. El coche debe mejorar, pero el bicampeón goza del ambiente Ferrari, adaptado como un guante. Excepto el rendimiento del coche, lo demás está en orden. Al fin. Lejos queda el ruido de sus inicios o el infierno de McLaren, donde la ruptura llegó a ser tan grande que Fabri prefería calentar la pasta de Fernando en el motorhome de Renault a hacerlo en el del equipo inglés, donde se sentían forasteros. Detalles a revelar en una autobiografía pendiente. «¡Vamos, vamos! », anima el ciclista, a buen ritmo por el circuito y por las avenidas de Maranello, dedicadas todas a los campeones de la escudería. Su placa se quedó sin poner tras la nefasta tarde de Abu Dhabi, donde perdió el último Mundial. «No decidimos cuál iba a llevar su nombre. Esas cosas dan mala suerte», dicen en la empresa, aunque si no lo hicieron, habría que buscar qué o quién provocó el desenlace fatal de aquella carrera...

20.00 h. Sus piernas todavía quieren más, con adrenalina para quemar. Como casi siempre, organiza un partidillo de fútbol sala en la pequeña cancha levantada junto al gimnasio corporativo. Las instalaciones están abiertas para los empleados, como el centro médico o el campamento infantil en verano para los hijos de la familia ferrarista, ventajas de pertenecer a una compañía elegida en el primer puesto, según informes de la Unión Europea, por los universitarios del continente como lugar preferido para trabajar. «Aquí, aquí, Fernando», le piden la pelota los mecánicos reclutados para la pachanga y el piloto hace que no escucha. Tampoco mantiene una posición fija en el campo, va a todas con más bravura que nadie. Cualquiera mete el pie. Cuando la luz se va terminando, todos le miran esperando que pite el final. Iba ganando su equipo. Si no, todos saben que el partido se hubiera prolongado un rato más.

21.00 h. Disimula, pero sus pilas también se agotan tras un día tan ajetreado, de sol a sol. Rechaza con educación cenar fuera. Prefiere subir a su apartamento, comer suave y coger pronto el sueño, casi en horario infantil. Antes llamará a Raquel, su mujer, que prepara nuevo disco en Oviedo. Charlarán de sus cosas, como cualquier pareja a distancia, se lanzarán unos besos y le resumirá su jornada. Se ducha con música de fondo (lo que salga en su ecléctico iPod, de Estopa a David Guetta), da una vuelta por internet y se pone un capítulo de alguna serie (The Pacific). No dura mucho ante la pantalla porque se le cierran los ojos. Se duerme rápido, cómo no, a toda velocidad, deseando que llegue la mañana para volver a la brega. Así, tozudo, hasta que el Ferrari despierte.


Prueba al volante

Danzando a 260 por hora

Frenazos, goma quemada, cabezazos contra el cristal, el estómago encogido y velocidad extrema en tres vueltas a tope con el asturiano al volante de un 458 Italia, el deportivo del año

J. RODRÍGUEZ / Maranello

De repente, un cambio en la hoja de ruta del día del reportaje en Maranello. «Ahora subes tú», indica Alonso con el dedo amenazante al redactor. «¿Yo?, ¿seguro?». La posibilidad de dar unas vueltas como copiloto de un campeón del mundo de Fórmula 1 hace ilusión a cualquiera, pero el tono con el que surge la propuesta, como poco, intranquiliza, por no utilizar un verbo algo más contundente. Un ayudante del español aliña la sugerencia. «Lleva todo el día con ganas de hacerte esto». Vaya. Durante la sesión de giros con vips en el circuito de Fiorano, el piloto para en los boxes y abre la puerta de un flamante 458 Italia, el deportivo del año en el mundo. Señala el asiento con gesto firme. «Vamos, aquí».

«El mío es blanco», explica ante el salpicadero de piel. En la Scuderia miraron con asombro el pedido del asturiano, que prefería para el primer Ferrari de su vida un color distinto al mítico rojo del modelo que ahora mismo tiene en sus manos. «Es cómodo, ya verás», cuenta al ver las dificultades de su acompañante para instalarse en el asiento, que te deja encajado, imposible para tallas XL, bajísimo, estrechísimo, con la vista casi a ras del suelo. El olor a nuevo cambiará pronto por el de rueda quemada.

Alonso espera el ok de los controladores de la pista, que se la intentan dejar libre, aunque él preferiría cruzarse con otros pilotos de pruebas de la empresa, que llevan toda la tarde circulando con invitados. Quiere competir, cómo no, y, a la vez, enseñar a su compañero de viaje las respuestas de tan poderosa máquina. «Ahora me toca a mí. Esto es lo mío», parece decir con la mirada tras una jornada con ELMUNDO siguiendo su sombra.

Se muestra impaciente, a la espera en la vía de incorporación. Ajusta una y otra vez el aire acondicionado, repite «verás, verás» y tira de ambos cinturones de seguridad para chequear la tensión. También comprueba el cargador del cd, por si hubiera algo de su agrado, pero apuesta por dejar que suene otro tipo de música, más estruendosa. Toca de nuevo el volante, que recuerda al de un F1 por las levas y la cantidad de pulsadores que presenta. Antes del acelerón de salida, pone el sistema de cambio manual, no el automático, porque prefiere sentirse dueño de los 570 caballos de potencia.

«Primero una vuelta de calentamiento », dice, miente más bien, porque la secuencia inicial de curvas de Fiorano provoca que la libreta de apuntes salga por los aires y las Ray-Ban se estrellen contra el salpicadero. De repente, cambia el régimen del motor para que los decibelios bajen, amaga con unos metros de tranquilidad, antes de lanzarse en la segunda vuelta con el morro del bólido hacia unos conos, que quedan bailando por el rebufo. En cada giro, las fuerzas G te empotran contra la puerta ante su sonrisa gamberra (ojo a la foto de la izquierda).

En el volante, una línea de lucecitas marca la subida de marchas, y el cuentakilómetros se dispara: 180, 200, 220, 260... «¿Habrá que frenar, no, Fernando?». Cuando la curva nos devora, pisotón al pedal y el coche gira con violencia, sin perder agarre, clavado a la trazada. El cabezazo contra el cristal no se oye por el chirriar de las gomas, que ya arden, más cuando decide trompear ante la impasible señora que tiende sábanas en un bloque colindante al circuito, acostumbrada a ver de todo. «¿No ha sido para tanto, verdad?», inquiere con cara de niño malo, mientras su pasajero se baja agradeciendo haber hecho una comida muy liviana.



La entrevista

En la semana del Gran Premio de España, EL MUNDO cierra su visita a la fábrica de la mítica escudería con una charla en exclusiva con el asturiano, que, a punto de cumplir 30 años, reafirma su pasión por la marca italiana a pesar de los problemas en la pista

«Nunca me rindo, todos lo saben»

JAIME RODRÍGUEZ / Maranello (Italia)
Enviado especial
Mario, el fotógrafo, hace malabares para controlar los ángulos de sus imágenes. Estamos en territorio prohibido, en el taller de montaje de los Fórmula 1 en Maranello, donde las cámaras no pueden entrar. A estas horas de la tarde la actividad ha terminado, sólo quedan los cajones de las piezas cerrados con llave y las pulcras encimeras. Fernando Alonso (1981) se sienta en un taburete y apaga el móvil. Le cuesta ocultar el cansancio del día de trabajo en la fábrica de Ferrari y, sobre todo, su decepción por cómo están yendo las cosas en la pista. Llega este fin de semana a Montmeló tras haber subido al podio en Turquía, pero sabe que su coche sigue lejos del arrollador Red Bull. No ha encontrado todavía el feeling al monoplaza, pero mantiene la fe. La remontada del pasado año es su mejor impulso.

Pregunta.– A pesar de que no está siendo un periodo fácil, lleva 17 meses en Ferrari y parece cada día más enamorado de la marca. ¿Nos explica los motivos, por favor?
Respuesta.– Este equipo te engancha por lo que representa, por lo que ha hecho en la historia de este deporte y por el trato que recibes de la gente de aquí, cariñosísimos desde el primer día. El piloto es una parte muy importante de Ferrari, donde ha habido grandísimos nombres a lo largo de la historia, y te tratan de manera especial. Además, fuera del equipo lo que percibes te hace sentir distinto. Tienes aficionados en todo el mundo y notas la admiración. Siento un gran cambio respecto a cualquier otra escudería.

P.– ¿Para el piloto es más difícil intervenir aquí, al tratarse de una estructura tan grande, con tanta experiencia, con tanta historia?
R.– Al contrario, intervengo más. Y me gusta que se mantengan tradiciones de hace años, cuando los pilotos trabajaban más directamente con los ingenieros y mecánicos, cara a cara, con cercanía, no comunicando todo por e-mail. Aquí se habla, se discute, te preguntan y preguntas por el coche, por esta pieza, por tus sensaciones al volante. Todo es más directo, más vivo, más cercano...

P.– A punto de cumplir 30 años (en julio), ¿siente que volver a ganar el Mundial es una obligación, sobre todo estando en Ferrari?
R.– No. La diferencia de este equipo con otros es que aquí tarde o temprano te va a llegar la oportunidad de ganar. En otro sitio quizá no, pero aquí cualquier año malo se resuelve y las alegrías llegarán. Ganaré más tarde o más temprano. Con 30 años estoy en el lugar adecuado, en Ferrari, y quiero ganar. Es el sitio justo.

P.– Parece más calmado, más maduro, no protesta en público contra su equipo... ¿Ha cambiado?
R.– Me noto igual que siempre, sólo que con la experiencia sabes lo que es útil y lo que no, lo que sirve o no, lo que se puede decir o no, lo que se puede hacer o no.

P.– Se le ve encantado con el concepto familiar de Ferrari, siempre encima del piloto.
R.– Te sientes cómodo con ellos en los viajes, en el avión, cenando o fuera de las carreras. Conoces a sus familias, a sus hijos, y se establece cierta amistad entre todo el equipo. Es muy positivo.

P.– OK, nos ha detallado las virtudes, pero de las familias también se tienen quejas. Deme alguna.
R.– Nada en particular. Tampoco sé cómo trabajan otros equipos [piensa en Red Bull] ni cómo se organizannellos. Aquí intento aportar mi experiencia, lo que puedo sentir en el coche, lo que nos falta en la pista cuando ruedo tras un rival... Memorizo todo y cuando acaba la carrera explico qué curvas se nos atragantan, en qué sectores sentía que teníamos potencial o en qué zonas rodaba mejor Red Bull. Hay que comunicarlo con la mayor precisión posible. Es fundamental, información muy importante para el equipo.

P.– ¿Se llega a tener envidia de los coches rivales, por ejemplo, de los actuales Red Bull?
R.– No, para nada, no siento ninguna envidia de ellos.

P.– Ahora otra vez se ve obligado a remontar, como el pasado año.
R.– Lo que hice es irrepetible. Se le dará valor algún día, quizá cuando me retire. Teníamos dificultades y al final conseguimos encadenar una serie de puntos difíciles de repetir, con no muchas mejoras en el coche. Hablabais de duelo Red Bull-Ferrari, pero yo no veía ningún duelo. Ellos hacían primero y segundo en todas las cronos, nos metían a veces ocho décimas o un segundo, y luego en carrera se repartían las victorias, cosa que este año no está sucediendo, o se tocaban y no acababan, y nosotros hacíamos mucho más de lo que todo el mundo pensaba. Se convirtió en algo normal y la normalidad empezó a pasar desapercibida.

P.– Estamos en mayo y ya se ve a 52 puntos de Sebastian Vettel, sin margen para el error.
R.– Siempre se intenta empezar bien. En 2010 lo hicimos, pero luego nos quedamos atrás y remontamos por otros motivos, no por un avance de prestaciones. Este año hemos empezado con problemas diferentes, más difíciles de resolver, como los que hemos tenido aquí en la fábrica, en el túnel del viento, en infraestructuras que cuesta más ponerlas en su sitio. Será duro pero no imposible.

P.– ¿Cómo recuerda la mañana después de Abu Dhabi, tras perder el último campeonato?
R.– Tenía mal cuerpo, frustración y una profunda tristeza por la oportunidad perdida, ya que sabemos lo difícil que es ganar el Mundial.

P.– Conquistó muy joven dos títulos, pero también ha perdido dos en los últimos metros.
R.– Cuesta muchísimo ser campeón, cualquier detalle puede ser decisivo. Y no sólo en la F1. Mira el Real Madrid, que tiene todos los jugadores que quiere, o el Chelsea, que hizo fuertes inversiones y no logró ganar la Champions aún.

P.– ¿Se ve campeón con Ferrari?
R.– Nunca se sabe, pero es el único equipo donde puedes estar medianamente tranquilo. No hay una escudería como ésta para poder intentarlo cada temporada.

P.– ¿Tiene claro el número de años que le quedan en la F1?
R.– En estos momentos no lo sé, ni siquiera lo pienso.

P.– ¿Ha visto la película sobre Ayrton Senna?
R.– No.

P.– ¿Sobrecoge la posibilidad de tener un accidente, de morir?
R.– No, nunca. Si pensara en los riesgos o en la muerte al volante, no podría competir. Mejor no hacerlo.

P.– ¿Recuerda la última vez que se santiguó?
R.– No me acuerdo.

P.– ¿Habla mucho con su mujer de paternidad?
R.– No.

P.– Cuentan los pilotos jóvenes que en las reuniones manda usted. ¿Se siente respetado cada día más por los rivales?
R.– Llevo 10 años en la F1, así que es normal el respeto. Notas que cuando dices algo te escuchan a ti más que a los nuevos. Es verdad que en esas citas hay cierto tono cuartelario, de mili. No hacemos novatadas, pero sí hay galones. Se nota cuando hablo yo de algún circuito o de alguna curva a mejorar. Y, claro, tampoco es lo mismo, que lo diga Webber o Schumacher a que lo hagan los novatos, a los que no se les hace el mismo caso.

P.– ¿Qué piloto joven ve con opciones futuras de ser campeón?
R.– Nico Rosberg... Y Webber, que aunque no sea joven puede ganar el título todavía.

P.– El año pasado en una entrevista con EL MUNDO, usted hablaba de los antialonsistas. Con usted casi nadie es tibio. O le quieren o le odian. ¿Por qué cree?
R.– Los que me aprecian imagino que lo hacen porque nunca me rindo, lucho siempre, todos lo saben. Yo también admiro a este tipo de deportistas, les valoro su capacidad de competir y de luchar hasta el final,de no dar nada por perdido. Y a los que no les gusto será porque prefieren a otro. En el deporte es normal. Quizá les agrade otra manera de pilotar o una manera de reaccionar en las victorias o derrotas distinta a la mía. Será por eso, supongo.

P.– ¿No se pregunta por qué hay gente a la que no le gusta?
R.– Ya no, ahora me da igual.

P.–
El próximo domingo, el día de las elecciones, tiene el Gran Premio de España. ¿Ha votado por correo?
R.– No lo he hecho.

P.– ¿Intenta explicar a Raquel o a su madre la compleja parte técnica de la F1 o las nuevas normas?
R– No lo hago, ni lo intento, mejor que vean y disfruten de las carreras.

P.– ¿Qué es lo que más le aburre de su oficio?
R.– ... Uhmm... No voy a decir las entrevistas [sonríe]... No, lo peor es cuando vengo aquí a Maranello y me tienen preparados para firmar 1.000 libros de Ferrari que irán a los concesionarios. Te sientas y estás tres o cuatro horas firmando. Eso no es muy divertido.

EL MUNDO (edición impresa)
Transcripción de Narnia (Publispain)

Alonso afirma que "llegan al 100%" y "preparados" para ir a por el título

 Fernando Alonso ha declarado que en Ferrari están "preparados" para ganar el título este año, y que "desconoce" si Red Bull será una vez más el rival a batir o conseguirán estar por delante de ellos de inicio.

En cualquier caso, piensa que "las posiciones del año pasado no sufrirán una revolución" en 2011, lo que implica que sigue creyendo que tanto "McLaren como Mercedes serán fuertes", ya que a pesar de que en pretemporada sus "tiempos no han sido espectaculares, y parecer pesimistas, podría ser una táctica" de despiste.

"Queremos estar en una posición más fuerte que la del año pasado", afirma Alonso en una entrevista al Corriere della Sera. "El objetivo durante este invierno era de hecho llegar a Australia delante del resto. Hemos hecho bien nuestro trabajo: probamos el coche en condiciones extremas para ver la fiabilidad y la velocidad, hemos trabajado con diferentes configuraciones para exprimir las ruedas al máximo. Llegamos al 100%".

Según el piloto asturiano, el plan de Ferrari para este año no ha consistido solamente en mejorar la estrategia de carrera, y mantener las demás cosas igual que en 2010. En Maranello saben que el mundial no solo se perdió en la carrera de Abu Dabi.

"Siempre hay espacio para mejorar", asevera. "Algunas áreas del equipo han sido fortalecidas, hay nuevas personas y creo que seremos más fuertes ahí (en la estrategia). Debemos tratar de repetir las cosas que hicimos bien y evitar los errores y después necesitamos suerte".

En Italia llama mucho la atención que Fernando Alonso no dedicase al equipo alguna palabra más alta que otra tras la última carrera del año pasado, habida cuenta de su carácter abiertamente crítico mostrado en sus anteriores equipos.

Alonso no cree que él haya cambiado, sino que el equipo donde está ahora es diferente de los anteriores: "Sigo siendo el mismo, digo la verdad. En Renault había ganado dos mundiales pero si algo iba mal no tenía miedo en decirlo. Y en McLaren algunos decidieron en mi contra".

"Aquí el equipo es siempre muy profesional, resuelto a ir en busca de la victoria", explica Alonso. "Eso me motiva. Todas las cosas que fueron bien el año pasado se debieron al trabajo de un súper equipo, y las que fueron mal se debieron a diferentes razones".


La química entre el equipo italiano y el piloto español es más que patente, a pesar de llevar tan solo un año juntos. Una prueba de ello es una anécdota que ocurrió durante el Gran Premio de Mónaco de 2010, cuando Alonso cometió un error en las entrenamientos libres del sábado. Según cuenta el español, escribió a cada uno de los mecánicos una nota en la que ponía: "La carrera no ha terminado todavía y el objetivo final es el campeonato, así que no os preocupéis que nos recuperaremos".

Según Alonso "nada cambiará" en su relación con Ferrari si esta temporada tampoco consigue el Mundial de pilotos: "Sé cómo de difícil es ganar un campeonato del mundo, y seguramente estoy en el mejor sitio para intentarlo. Aunque no lo ganase habrá gente peor".

Fernando Alonso también se refirió a algunos aspectos de su vida privada como la relación de "cariño de madre a hijo" que le une a su progenitora, o "lo mucho que respeta" a su padre. Asimismo reconoce haberse "emocionado mucho" durante la actuación de su esposa, Raquel del Rosario, en el Festival de San Remo.

Alonso, por mucho que algunos se empeñen en afirmar lo contrario, es un joven como otro cualquiera que conserva a sus amigos de la infancia: "Ellos (sus amigos) se interesan por mis experiencias, y yo escucho las suyas exactamente con la misma admiración porque tengo interés en conocer su día a día. No hay diferencia entre lo que ellos me cuentan y lo que les cuento yo a ellos, y eso es bonito".

Finalmente, además de mostrar de nuevo su apoyo a sus amigos Robert Kubica y Alberto Contador debido a los respectivos problemas a los que se enfrentan, Fernando Alonso dejó clara su simpatía hacia el entrenador del Real Madrid José Mourinho: "Me gusta (Mourinho)", afirma Alonso. "Algunas veces parece excesivo pero dice la verdad, lo que nadie tiene el coraje de decir. Si molesta no es su problema".

F1aldia.com
Vía: Corriere della Sera 


Alonso spalanca il suo mondo «Raquel, gli amici e un papà speciale»

Mondiale al via: «La Ferrari è cresciuta, non sbaglieremo più strategia» Scioccato per Kubica, ma noi piloti abbiamo sempre bisogno di emozioni Mourinho? Dice verità scomode. Troppo show sul caso Contador


BARCELLONA - Fernando Alonso, la stagione di Formula 1 inizia senza il suo amico Robert Kubica, ancora in ospedale dopo l' incidente di rally. Lei come l' ha saputo? «Mi ha chiamato Flavio Briatore. Ero in Italia, ho telefonato subito al manager di Robert, mi ha detto che l' incidente era stato brutto. Sono andato subito a fargli visita. Ero sotto choc, due giorni prima eravamo a Valencia a fare i test, poi ti dicono che è molto grave: non ci vuoi credere». Cosa spinge voi piloti a cercare il rischio anche in vacanza? «Abbiamo bisogno di queste emozioni. Adesso in F1 è proibito fare i test, stiamo quattro mesi senza macchina, senza adrenalina, senza volante. Noi dobbiamo trovare altre cose per allenarci... e anche per vivere. Non possiamo stare a casa». Siete un po' matti. «No, matto è uno che va in autostrada a 200 all' ora. Un rally con la macchina omologata, con il casco e le cinture non è una pazzia». La stagione inizia com' era finita la scorsa: la Red Bull è la macchina da battere. «Non lo sappiamo. Ma le posizioni dell' anno scorso non possono essere rivoluzionate. Mi aspetto una Red Bull forte, una Ferrari forte, una Mercedes forte, una McLaren forte...». Anche la McLaren? «Penso di sì. I tempi non sono stati spettacolari, loro fanno i pessimisti, ma può essere una tattica». Se lo scenario dovesse essere quello del 2010, con la Red Bull più forte in qualifica e la Ferrari che se la gioca in gara, non sarebbe una delusione, dato che volevate smettere di inseguire? «Noi vogliamo partire da una posizione più forte dell' anno scorso. L' obiettivo di quest' inverno era, anzi è, arrivare in Australia davanti a tutti. Il nostro lavoro lo abbiamo fatto bene: abbiamo testato la macchina in condizioni estreme per vedere l' affidabilità e, quanto alla velocità, abbiamo lavorato con diversi set up per sfruttare le gomme al massimo. Arriviamo al nostro 100%: se è abbastanza lo capiremo lì». A proposito di gomme: più pit stop significa show o caos? «Mah, non ci saranno più gare con un solo stop, ma con molti movimenti, safety car, soste. Se questo favorisca lo show è ancora un punto interrogativo. Sicuro ci saranno alcune gare molto interessanti, e sicuro qualche altra sarà una lotteria. Questo può sfavorire i top team. Io penso che le macchine forti in F1 devono vincere. Se non vincono per colpa di una safety car non piace neanche allo spettatore». Vince il pilota che sa adattarsi alle gomme? «Vince chi ha la macchina più forte». Sappiamo com' è sfuggito il titolo l' anno scorso. Per vincere quest' anno basta rifare le stesse cose con una macchina migliore o c' è qualcosa da cambiare? «C' è sempre da migliorare, e no, non basta ripetersi. Qualche area della squadra è stata rinforzata, c' è gente nuova e penso che lì (ovvero: nelle strategie, ndr) siamo più forti. Noi piloti dobbiamo cercare di ripetere le cose buone e non rifare gli errori, poi serve fortuna. Mettere tutto assieme non è facile. Ma siamo pronti». In passato lei era più critico nei confronti del team. In Ferrari non le è mai uscita una parola storta. È diventato aziendalista? «Io sono sempre lo stesso, dico la verità. In Renault abbiamo vinto due Mondiali, ma se c' era qualcosa che andava male c' era paura a dirlo, così lo dicevo io. In Mclaren alcuni hanno deciso di darmi contro. Qui il team è sempre molto professionale, determinato a cercare la vittoria: non dappertutto è così. Questo mi motiva. Penso che tutte le cose che sono andate bene l' anno scorso sono dipese dal super lavoro del team e quelle che sono andate male sono andate male per motivi diversi». Gli uomini della Ferrari custodiscono come una reliquia un bigliettino che lei ha scritto a Montecarlo. Ce lo racconta? «Mi spiaceva molto perché la macchina era competitiva, potevamo puntare alla vittoria, ma ho fatto un errore, ho tirato troppo in prova. Il telaio si è rotto: niente qualifiche. Vedevo la faccia dei meccanici e mi sentivo male. Volevo dirgli «la gara non è ancora finita e l' obiettivo più importante è il campionato, quindi non vi preoccupate che recuperiamo». Dirlo a voce? Non era il momento e poi ero troppo triste. Quindi ho pensato di scrivere un biglietto a ciascuno di loro». Tutti la definiscono un leader: è solo istinto o ha studiato come comportarsi? «Non è che sono un leader, è che non mi piace perdere. Se giochiamo una partita di calcio, perdiamo 9-0 e si arriva ai 10, io dico a tutti che vinciamo 10-9. Nessuno ci crede ma io sono convinto. In F1 non voglio perdere e so che il mio risultato dipende dal lavoro di tanta gente: così cerco di aiutarli». Se quest' anno non arriva il Mondiale si rompe qualcosa tra lei e la Ferrari? «Per niente. So quanto è difficile vincere un Mondiale, e di sicuro sono nel posto migliore per provarci. Anche se non vinco c' è gente messa peggio». Lei è molto legato alla sua terra, Oviedo. Ce la descrive? «Non c' è la festa, non c' è il Mediterraneo. Siamo gente di campagna, io apro la finestra e vedo il prato, le due mucche del mio vicino di casa e un asino. È anche una regione industriale, si lavora l' acciaio, il ferro, il carbone nelle miniere. Anche lo stile di vita è diverso. Siamo più chiusi, riservati, meno simpatici di quelli del Sud». Che rapporto ha con i suoi genitori? «Con mia madre il rapporto è più... d' amore, da mamma a figlio insomma. Con mio papà è più intenso, fuori dal normale: ci capiamo senza parlare. Io lo rispetto molto e lui lo sa, anche se non glielo dico tutti i giorni. Con entrambi ho un rapporto speciale, anche perché a 13 anni sono andato fuori casa, sono cresciuto lontano e quando tornavo era tutto molto intenso. Se vivi in casa quando hai 15 anni ci sono anche giorni in cui i genitori non ti piacciono molto, per me non è mai stato così». I suoi amici sono quelli dei tempi della scuola: fanno tutti lavori normali, uno ripara ascensori... (ride) «Io non vado mai su quelli, prendo sempre le scale». ...fate vite molto diverse: avete ancora cose da dirvi? «Quando ci vediamo non ci sono neanche cinque minuti in cui non sappiamo di cosa parlare, è come se l' ultima volta fosse stata ieri. Loro si interessano alle mie esperienze, io racconto com' è il mondo fuori da Oviedo, ogni tanto li porto con me. E io ascolto le loro esperienze con la stessa identica ammirazione perché sono curioso di conoscere i loro giorni normali. Non c' è differenza tra quello che racconto io e quello che raccontano loro e questo è bello». Lei è un uomo ricco: ha mai avvertito che questo li infastidisse? «Mai. Non mi guardano strano e non si aspettano chissà che. Se giochiamo a tennis, un giorno portano loro le palline nuove, un giorno le porto io. Sono grandi i miei amici». Come spende i suoi soldi? «Per fortuna la mia qualità di vita non dipende dai soldi. Cerco comodità, non cose inutili. Mi piace avere una casa bella. Visto che al cinema non posso andare spesso, cerco di avere una tv più grande. Ma non sono uno da barche, aerei o cose strane». Si è emozionato a vedere sua moglie Raquel sul palco di Sanremo? «Molto, è stato diverso dai suoi concerti, quando c' è un pubblico di ragazzi di 20 o 15 anni. Essere lì con gente importante, a teatro, è stata un' emozione maggiore. E per lei una bella esperienza». Lei come si è trovato sul palco? «Molto nervoso!». Da tifoso del Real un giudizio su Mourinho. «Mi piace. Ha qualche aspetto eccessivo, ma dice verità che nessuno ha il coraggio di esprimere. Se disturba non è un suo problema». È contento di com' è finita la vicenda del suo amico Contador? «Sì, se non fanno appello. Ma non si doveva arrivare a questo punto: c' erano tre laboratori in tutto il mondo in grado di cogliere quel livello infinitesimale. Hanno voluto fare un po' di show, purtroppo».  L' intervista Il fuoriclasse spagnolo parla del suo privato e rivela i piani di battaglia per una stagione vincente. Si parte domenica prossima in Australia La moglie Veder cantare Raquel al Festival di Sanremo è stato molto emozionante. Io sul palco? Uno stress! Il padre Con i miei genitori ho un rapporto unico: con papà riusciamo a capirci anche senza parlare Se stesso Sono andato via di casa ragazzino. Non sono diventato un leader, è che non mi piace perdere...

Ravelli Arianna (19 marzo 2011) - Corriere della Sera

"La mayoría de los días, mi madre no sabe dónde estoy"

ORIOL PUIGDEMONT - Montmeló - 14/03/2011

El próximo 27 de marzo comienza en Australia un Mundial con cinco ganadores en la parrilla y multitud de cambios. Para Fernando Alonso es el momento de su gran desafío. En su segundo año en Ferrari, y tras perder el campeonato del curso pasado en la última carrera, el español llega a la primera cita como uno de los grandes referentes del 'circo' y el máximo candidato a romper el dominio de Red Bull

A Fernando Alonso (Oviedo, 1981) le ha picado eso que llaman el gusanillo del golf y ya hace días que los palos han pasado a formar parte de su equipaje. La semana pasada se los llevó a Montmeló, donde se celebraron los últimos ensayos de la pretemporada, y el martes salió a tirar unas bolas con un amigo. El día anterior fue al circuito a grabar un anuncio de uno de los patrocinadores de Ferrari.

Ya hace meses que el piloto asturiano quiso pasar página y olvidarse del gatillazo del año pasado en Abu Dabi. Aunque también entiende que muchos le pregunten qué sucedió en Yas Marina por muy doloroso que le resulte recordarlo. Lógicamente, prefiere hablar de otros episodios, de las dos coronas mundiales que posee, en 2005 y 2006 con Renault, de las 26 victorias o de su niñez. Entonces, como ahora, se lo pasaba en grande con las carreras.

Pregunta. De pequeño, ¿jugaba al Scalextric?
Respuesta. Sí, pero no mucho. Jugaba más con los cochecitos normales, a empujarlos por mi cuenta. Pero también tenía Scalextric. Aunque hace 20 años no eran como los de ahora. No funcionaban siempre, las pistas hacían mal contacto y por eso me acababa aburriendo.

P. ¿Qué coches le gustaban?
R. Casi siempre elegía monoplazas pero también pillaba de rallies. Tenía las réplicas de Carlos Sainz, el Toyota, el Lancia..., pero sobre todo monoplazas. No eran como ahora, con muchos detalles. Eran lisos, de un solo color.

P. ¿Qué le marcó más de su paso por Renault y McLaren?
R. De Renault me llevé casi toda la experiencia que tengo, conocer la fórmula 1 al más alto nivel y poder luchar por las victorias y los Campeonatos del Mundo, que era algo nuevo para mí. Tú intentas aprender, mejorar, pero luego llega ese día en el que tienes la oportunidad de ganar un gran premio y todo es nuevo. Entonces aparece la presión. Eso lo viví en Renault. Luego, el año de McLaren fue muy enriquecedor técnicamente. Aprendí una nueva filosofía, una nueva manera de trabajar... Conocí nuevos ingenieros tras muchos años con los de Renault. Y también un modo muy distinto de configurar el coche.

P. Hace 10 años debutó en la fórmula 1 con Minardi. Entonces dijo: "En Ferrari, lo difícil es no subir al podio". Si pudiera volver atrás, ¿qué le diría a aquel joven?
R. Que tenía razón. Ferrari siempre está al más alto nivel. Es el equipo más constante. Nadie te ofrece más garantías al inicio del año. Aquí sabes que, por muy mal que vayan las cosas, te darán la posibilidad de estar en el podio o ganar carreras. Y eso aún estaba más claro hace una década. Entre 1998 y 2008, Ferrari fue la referencia y el camino que intentábamos seguir los demás.

P. ¿Corroboró la idea que tenía antes de llegar?
R. No; mi percepción era distinta. Tenía ilusión y ganas de aterrizar aquí y esperaba grandes cosas. Desde fuera, sabes que este es un gran equipo, que cuenta con seguidores en todo el mundo, que tiene una leyenda detrás y una historia enorme. Pero, cuando llegué, todo fue mejor de lo que esperaba. La gente es tremendamente cariñosa con los pilotos, cuida cualquier detalle y te hace sentir como en una gran familia. Nadie se cree más que nadie. La comunicación es buenísima y se trabaja de una forma mucho más abierta. Hay más contacto que en otras escuderías, en las que estas dos sillas [señala las que tiene al lado] prefieren mandarse un e-mail antes que ponerse a hablar.

P. Pero en el pasado se las tuvo tiesas con Ferrari. ¿Se lo ha recordado alguien de dentro?
R. No directamente, pero algo de eso hay. Por ejemplo, después de la cena de esta Navidad, nos quedamos hablando del Mundial de 2005 y el de 2006 [los que ganó con Renault]. De cómo se celebró mi rotura en Monza [2006], que le sirvió a Michael Schumacher para colocarse líder. Yo les respondí que lo debieron de celebrar igual que yo cuando ellos rompieron en Japón, en la penúltima carrera. Los hay que aún se acuerdan de mi cara.

P. En 2010 llegó a Abu Dabi después de encadenar tres victorias y cinco podios en cinco carreras. Usted perecía más optimista con vistas al título que su equipo. ¿Por qué lo veía tan claro?
R. Supongo que ellos también tenían mucha confianza, pero siempre prefieren ser cautos. Sobre todo, porque saben la repercusión que tiene cualquier cosa que salga de Ferrari. Normalmente, yo digo lo que pienso. Desde Silverstone o Valencia, el coche dio un salto de calidad importante, empezamos a ir rápido de verdad y yo notaba que teníamos mucho potencial. Sabía que acumulábamos una desventaja, pero también que, si podíamos hilar una serie de buenas carreras, estaríamos en condiciones de enjugarla. Quizás yo lo decía más abiertamente, pero ellos también lo pensaban.

P. Aunque no ganó el título, terminó muy contento de su primera temporada en Ferrari. ¿Ya no vale ese argumento?
R. Hay veces que tienes unas sensaciones muy buenas y no consigues el resultado esperado y otras que tienes unas sensaciones regulares y sacas los resultados adelante. Es mejor ganar, sí, pero también hay que jugar bien. Si lo aplicamos al fútbol, se puede decir que terminamos segundos, pero la línea de juego fue buena y nos fuimos satisfechos en ese sentido. Pero este año aceptamos jugar muy mal y ganar.

P. ¿Qué le hace ser tan optimista con la incorporación de Pat Fry [el nuevo ingeniero jefe desplazado a los circuitos]?
R. Trabajé con él en McLaren. Le conocía desde muchos años atrás. Dentro del paddock es muy respetado por toda su experiencia. Cuando llegó, aportó ideas nuevas, otra forma de trabajar, aire fresco. Lleva más de 15 años en las carreras como ingeniero de pista o como jefe de ingenieros y, a la hora de tomar una decisión desde el muro, no habrá nada que le pille por sorpresa. Es lo que necesitábamos.

P. ¿Qué papel jugó en su contratación?
R. Ninguno. Me avisaron el día antes de anunciarlo.

P. ¿Su función es evitar los errores del año pasado?
R. Tendrá que hacer un poco de todo. Todos los ingenieros tienen un papel específico en la estrategia, pero Pat también jugará uno importante en el desarrollo del coche, en el programa del fin de semana. Tendrá que programar todo aquello que los ingenieros de pista le vayan a hacer al coche.

P. Durante un gran premio, ¿sabe exactamente cuál es la situación de la carrera?
R. Sí, más o menos.

P. ¿Lo sabía en Abu Dabi?
R. Sí.

P. Usted repite que la decisión de entrar al taller inmediatamente después de Max Webber, la que le condenó, fue consensuada. Aunque los hay que piensan que dice eso para proteger al equipo.
R. Todos tenemos responsabilidad. Seguramente, la función del piloto es la de pilotar, pero también hay veces que intuimos que el coche está perdiendo mucha potencia o que los neumáticos no se hallan en el estado adecuado y pedimos al box que indague un poco a ver qué están haciendo los rivales. O que nos digan si es el momento de entrar. Pero los pilotos también tenemos nuestra parcela para poder opinar. A ti te llama el equipo y tú obedeces porque ellos manejan una cantidad de datos y simulaciones enormes. Normalmente, suelen acertar.

P. ¿Qué pensó cuando se estaba jugando el título en la última carrera y su ingeniero le dijo por la radio: "Utiliza toda tu calidad para salir de esta situación"?
R. Que lo iba a hacer. Sabía que el coche que iba delante no iba a parar más. Te lo dicen una vez, dos veces..., y te lo repiten. En ese momento no respondí, pero era consciente del lío en el que estaba metido.

P. ¿Qué destacaría del nuevo coche?
R. Ahora solo me preocupa que sea fiable, que no se rompa. Cuando pasen dos o tres carreras, espero poder decir también que es rápido, pero eso aún no lo sé.

P. Históricamente, Ferrari siempre había llevado la delantera en el aspecto técnico y, sin embargo, ahora parece que son otros, McLaren con el conducto f y Red Bull con el difusor soplado, los que marcan el camino. ¿Le preocupa?
R. No, porque aún no hemos visto nada. Las normas son más estrictas este año y tratan de tapar todas esas lagunas en el reglamento. Creo que va a estar más controlado. Si hay alguna idea llamativa, no será tan importante.

P. ¿Guarda Ferrari algo?
R. Todos intentan buscar rendijas en el reglamento.

P. ¿Y McLaren?
R. Está mejor de lo que parece. Los entrenamientos de invierno no aclaran nada. Igual ellos, por lo que dicen, sí que esperaban un poquito más. Quizás están a un nivel parecido al de los mejores y esperaban ir muy por delante. Cuando lleguemos a Australia, lo veremos. McLaren no va a estar luchando por el décimo puesto. Estarán cerquita del podio.

P. ¿Tener a dos pilotos con una conducción tan distinta como Jenson Button y Lewis Hamilton puede complicar el diseño del coche?
R. No creo. La fórmula 1 está dominada por la aerodinámica. Por ejemplo, si colocan un aleroncito nuevo y el túnel del viento predice una ganancia de una décima de segundo, eso es válido para Alonso, Massa, Hamilton, Button y todos los demás, independientemente del estilo de conducción de cada uno. Quizás los neumáticos son lo único que te pueden obligar a adaptar tu forma de pilotar.

P. ¿Qué aspectos de su pilotaje ha tenido que variar con el cambio de neumáticos de Bridgestone a Pirelli?
R. Con los Pirelli no podemos frenar tan fuerte. Antes llegaba al final de la recta y pisaba con todas mis fuerzas. Si ahora hago eso, lo más normal es que se bloqueen, sobre todo los traseros, como si levantara el freno de mano. Es más complicado. Hay que dosificar un poco más la fuerza. También ha empeorado bastante la tracción. Cuando antes salía de una curva y pisaba el acelerador, lo hacía de forma agresiva, pero este año tengo que medir también el gas. Solo piso a fondo a partir de tercera o cuarta. Hay que ser mucho más sensible.

P. ¿Cuántos botones tiene el volante del F150º Italia?
R. Creo que son 47. Seguramente estamos cerca del límite. Pero eso es más una responsabilidad de los equipos, que deben buscar la fórmula para facilitar el trabajo al piloto. La federación introduce el KERS o el alerón, pero no creo que sea problema suyo. Si ahora tenemos 47 o 50 botones en total, quizás hay 20 que no son necesarios en cada vuelta. Igual pueden estar en otro sitio porque no se utilizan tanto. Entre los pilotos y los equipos buscaremos la forma de que la conducción sea un poco más cómoda.

P. Tras las críticas por lo que pasó en el Gran Premio de Alemania [Ferrari ordenó a Felipe Massa que se dejara adelantar por Alonso y lo hizo de forma deliberada] ¿qué pensó cuando se anunció que las órdenes de equipo volvían a ser legítimas?
R. Nada, sabía que era una rabieta de unos pocos. Si llega el momento en que uno debe ayudar al equipo, lo hace encantado. Como siempre.

P. Usted rompió con la hegemonía de Schumacher. ¿Ahora se siente amenazado por Sebastian Vettel?
R. Siempre que hay un nuevo campeón se habla mucho de él. Con Button, hubo gente que dijo que, si se quedaba con Brawn, podría lograr varios títulos seguidos. Cuando ganó Hamilton, parecía que iba a ganar durante 10 años y va a comenzar el tercero en blanco. Ahora es Vettel. Lo importante es ser constante. He luchado por el título hasta el final en cuatro de los seis últimos Mundiales. Estoy en Ferrari y eso me da las máximas garantías para repetirlo. Los demás pueden tener dos o tres años muy buenos, pero vuelven a caer. En Ferrari el ciclo es constante.

P. Hamilton dice que envidia su "velocidad pura". ¿Qué es eso?
R. Creo que se refiere a la cronometrada. La velocidad pura es cuando llevas el coche preparado para hacer la mejor vuelta, sin gasolina y con neumáticos nuevos, y das el máximo.

P. ¿Hay alguna calidad que le gustaría tener de sus rivales?
R. Me quedaría con algo de cada uno. Por ejemplo, me gustaría tener esa velocidad de Trulli. Con el coche en esas condiciones, no hay nadie que le saque tanto partido como él.

P. ¿Cómo se quedaron los jefes cuando les dijo que quería un Ferrari blanco?
R. Les costó mucho aceptarlo. Antes, para tratar de convencerme, me enseñaron muchos tonos de rojo y amarillo, pero no lo consiguieron.
P. Dice que le gusta la discreción. ¿No le abruma el ruido que siempre rodea a Ferrari?
R. No me impacta demasiado. Cuando me quito esto [señala la gorra roja que lleva puesta] y voy al aeropuerto, sí que quiero pasar inadvertido, igual que cuando juego al tenis o al fútbol con mis amigos. Pero, si voy a correr, a la apertura de un concesionario o a cualquier otro evento, me enorgullece vestirme de rojo.

P. Cuando no está subido a un fórmula 1, pilota una avioneta o sale a dar una vuelta con su Harley. Su madre, contenta, ¿no?
R. Mi madre, la mayoría de los días, no sabe dónde estoy. En cualquier caso, no estoy haciendo nada peligroso.

P. ¿Sabe el dinero que tiene?
R. Más o menos.

P. El documental sobre Ayrton Senna ha sido un éxito...
R. Sí, lo sabía, pero solo he podido ver el tráiler.

P. ¿Qué hizo especial a Senna?
R. Su forma de correr. Era agresivo. Y su pilotaje bajo la lluvia marcaba la diferencia. Tenía un carácter muy fuerte, con las ideas muy claras. Si tenía que irse de una reunión de pilotos, se iba. Si tenía que coger a alguien por el cuello, lo hacía. Ahora sería un piloto demasiado polémico, pero en aquella época, sin tanta repercusión, sin Internet, era un piloto que gustaba.

P. ¿Cómo preferiría que le recordaran?
R. Como incansable en el trabajo y como un ganador. Y, si puede ser, también por unos cuantos títulos más.

P. ¿Cuántos coches tiene en el garaje?
R. Bastantes.

P. ¿Alguno que pueda decir?
R. Los tres Ferrari: un Enzo, un 458 Italia y un California.

P. ¿Qué es lo último que ha ido a comprar y le ha parecido caro?
R. ¿Qué fue? Déjeme pensarlo y después se lo digo.


El que más rueda

- Fernando Alonso es el piloto que más ha rodado en pretemporada con los nuevos neumáticos Pirelli. El español ha completado 2.826 kilómetros de entrenamientos, según el suministrador. Alonso ha superado en kilometraje a Michael Schumacher (2.474) y a su compañero en Ferrari, el brasileño Felipe Massa (2.417). La escudería italiana ha sido también la que más ha rodado.

El Pais

FERNANDO ALONSO: 10 AÑOS DEL DEBUT DE UN MITO

El 4 de marzo de 2001, Fernando Alonso Díaz (Oviedo, 1981) formaba por primera vez en la parrilla de salida de un Gran Premio a bordo de un Minardi en Australia. Diez años después se ha convertido en un símbolo del deporte español, que hasta su irrupción jamás había conseguido una victoria en la Fórmula 1. Era una especialidad con apenas 300.000 seguidores en España, por los seis millones actuales, sólo superados por el fútbol. Fernando recuerda su trayectoria y confiesa sus inquietudes en una entrevista íntima concedida a MARCA en exclusiva.

3/03/2010 MIGUEL SANZ Y MARCO CANSECO

PREGUNTA. ¿Qué recuerda de aquel 4 de marzo de 2001 en el Gran Premio de Australia? ¿Piensa alguna vez cómo era usted y en qué condiciones llegó a la Fórmula 1 con aquel Minardi?
RESPUESTA. Pues no la rememoro mucho. La verdad es que no me suelo acordar nunca de ella. Si hago memoria ahora que me lo preguntas pues me acuerdo, porque tengo bastantes recuerdos de aquel día, pero pensarlo yo…

P. ¿Ni siquiera por cómo vivió el debut?
R. Hombre, tenía una sensación muy buena, de sentirme muy feliz, muy privilegiado de poder estar allí porque siempre el debut es emocionante. Estuve en Australia toda la semana con ganas de que llegara el domingo para debutar porque el lunes ya iba a poder decir que había participado en un Gran Premio de Fórmula 1, así que era una gran sensación.

P. ¿Es verdad que no conocía la cara de muchos pilotos y que Barrichello le pareció… poca cosa físicamente?
R. No, no dije nada de ninguno, pero sí que no les conocía demasiado. Yo siempre había corrido en karting, luego la Fórmula Nissan era siempre en España y la tele no daba la Fórmula 1. Sólo pude haber sabido algo de ellos cuando corrí la F3000, que era el mismo fin de semana de carreras, pero tampoco les veías en el paddock porque no era el mismo, así que conocía muy poco de todos.

P. ¿Se sentía pequeñito?
R. Sí… quizá no pequeñito, pero sí que me sentía raro. Lo que más cambia de la F1 respecto a otras categorías es la atención mediática, las cosas que tienes que hacer con eventos y patrocinadores, las fotos tuyas con el casco y sin el casco, la de la parrilla con todos los pilotos como si fuésemos un equipo de fútbol… Todo aquello no existía en otras categorías, por lo que los días previos a la carrera había toda esta acumulación de cosas que te hacían sentirte, si no pequeño, muy raro, estresado.

P. ¿El Minardi aquél era un ‘hierro’ o ahora que ha probado de todo lo recuerda con cariño?
R. No creo que fuera tan malo, sobre todo el chasis. El motor sí que era un Cosworth desfasado de años atrás y no estaba a un nivel muy bueno, pero el coche, para el debut, era fenomenal: frenaba mucho más que cualquier coche que hubiera probado, aceleraba mucho más, corría mucho más y me parecía que era buenísimo en aquella época.

P. ¿De todas las F1 que ha vivido en 10 temporadas, la más excitante es la de los potentes motores V10?
R. Yo creo que sí, los años 2004 ó 2005 con diferencia, porque el coche era más potente, había guerra de neumáticos entre Bridgestone y Michelin, neumáticos que nos hacían rodar un par de segundos más rápidos, y los motores tenían 900 caballos de potencia. Incluso con la aerodinámica tan precaria que teníamos hace seis años comparada con la de ahora, en Cheste rodábamos en 1:08 por 1:14 de ahora, seis segundos más rápido. Esos coches serán difícilmente igualables.

P. ¿Algún día contará la verdadera historia del ‘no’ a Ferrari en 2001?
R. Pues es que no hubo tampoco nada firme. Tenía la oportunidad de correr con Prost, que tenía motor Ferrari, que es como si ahora alguien tiene la oportunidad de correr con Sauber o con Toro Rosso, no tienen nada que ver con Ferrari. Prost sólo tenía motor Ferrari y la oferta era correr allí y luego a lo mejor ser probador de Ferrari o a lo mejor no y tener que volver a la F3000. No me aseguraban nada, mientras que Renault... pues sí que me ofrecía una posibilidad con una perspectiva mejor, correr en Minardi un año pero luego entrar en Renault oficialmente y máximo ser un año probador para, al final, poder correr.

P. Al final ganó usted esa batalla, el tiempo lo ha demostrado.
R. Bueno, gané dos campeonatos con Renault y no me quejo, me salió bien aquello.

P. ¿Diez años después uno sigue amando este deporte o el tiempo lima todos los cariños?
R. Sí, sí [rotundo]. Lo entiendes mejor también, sabes que no son sólo carreras de coches, que la Fórmula 1 también es mucho negocio e intereses. Tienes que quererlo con las cosas buenas y las malas que tenga.

P. ¿Ha cambiado el punto de vista sobre algunos temas que antes no soportaba?
R. Sí, claro. Acabas viendo que no es una competición pura y dura, que los coches no son iguales, que las reglas no son iguales para todos a veces. Sabemos que hay que aceptarlo así porque quizá parte del encanto de la Fórmula 1 también venga por esto, porque si no sería una GP2 y la GP2 no tiene el interés de la Fórmula 1.

P. No sé si sabe el dato. En el 75% de las carreras que ha disputado ha quedado igual o mejor que de donde salía antes de llegar a meta o retirarse. Sólo Schumacher tiene un porcentaje similar en esta década. ¿Qué le dice esto?
R. [Se ríe] Nada… no lo interpreto de ninguna manera en particular, sólo que he tenido siempre suerte de contar con coches muy buenos en mi carrera. De los peores coches que he tenido igual fue el R29 de 2009 y con ése logré un podio en Singapur. Ya quisieran algunos que uno de los peores coches que tuvieron les permitiese lograr un podio, pensando en la gente que corre en Sauber o Force India o estos equipos. Así que he tenido suerte.

P. ¿Pero no define a un campeón que siempre esté por encima de su coche?
R. No lo sé… [pausa larga]. Creo que es difícil valorar los resultados de un coche o un piloto. Tú haces tu trabajo y eres lo más profesional posible para ayudar a tus equipos. Nada más. Sólo que siempre intentas dar el máximo.

P. Oiga, que modesto es. ¿Nunca se ha sorprendido a sí mismo?
R. Pues… [larguísima pausa]

P. ¿Nunca se ha dicho ‘¡coño, que bueno soy!’?
R. Es que si te sorprendes siempre es de manera negativa. Cuando haces la cosas bien, todo va bien y a veces si te sales de la pista o te subes a un bordillo, haces medio trompo y te adelanta un coche, cuando acaba la carrera te exiges a ti mismo que eso no vuelva a pasar porque es un error que no tenía que haber ocurrido.

P. ¿Se ha sentido alguna vez en inferioridad de condiciones con algún rival o compañero? ¿Ha pensado ‘éste es mejor que yo’?
R. No. Sabes que muchas veces es imposible luchar con muchos equipos, como era el caso de 2003, 2004, 2008 ó 2009, donde Ferrari o McLaren dominaban claramente y tú estabas en Renault o Minardi y te tienes que contentar con sextos, séptimos o algún podio de vez en cuando. Ahí sí que te resignas un poco a que es imposible luchar de tú a tú con ellos porque van demasiado rápido.

P. ¿Y en inferioridad de trato?
R. Seguramente en el año en McLaren, en 2007, me sentía un poco fuera del equipo en sí, no compartía prácticamente nada de lo que hacían.

P. ¿Se arrepiente de alguna cosa que haya dicho en todo este tiempo, o si la lee ahora la matizaría?
R. No [rápido] Todo estaba muy pensado y lo que dije fue sabiendo lo que decía y la verdad que decía. Si molestó la verdad alguna vez no era problema mío en ese momento.

P. ¿El tamaño de uno se mide por el número de sus enemigos, o de sus amigos?
R. Mira, mi preocupación no es retirarme de este deporte con más amigos que enemigos, yo no corro en la Fórmula 1 para hacer amigos, sino para lograr muchos títulos. Porque significaría que para lo que me han contratado, he cumplido. En todo caso sí que creo que valoras a las personas por el cariño que se les muestra o los amigos que tiene, como ha pasado ahora con el accidente de Kubica. Ha habido una respuesta unánime detodo el paddock, todos los equipos, todos los pilotos, porque es un piloto diferente, con su carácter, con su todo, pero querido en general. Cuando pasa algo como esto se demuestra todos los amigos que tiene o todo el cariño que se le puede tener y esto es bonito.

P. En 2006 decía que no se veía hasta los 37 años corriendo y de repente, casi de la noche a la mañana, se ve otra década rodando por el mundo. ¿Qué ha ocurrido entre tanto?
R. Pues sí, creo que en aquel momento pensaba que ya era bastante, quería vivir también algo de esta vida que pierdes y tampoco pensaba encontrarme tan a gusto como me encuentro ahora en Ferrari. Ahora tengo otro nivel de ver las cosas, otra paciencia. Estar en Ferrari ha sido una bonita sorpresa, es mucho mejor de lo esperaba y eso que esperaba un equipo de leyenda, mágico, pero es más de lo que se ve desde fuera. Por eso ahora no tengo prisa por marcharme, aquí disfruto haciendo segundo, octavo o el 23º, disfruto por el hecho de pilotar un Ferrari.

P. Ahora lleva usted ese Ferrari, puede adelantar mejor, siempre ha sido de los que arriesgan en esa maniobra hasta
con el Minardi. Que ahora sea más fácil con tanto alerón y kers, ¿le molesta?

R. No, creo que no molesta. Es cierto que va a haber más oportunidades y todos vamos a aprovecharlo, los que tienen más facilidad para adelantar tendrán algo más de ventaja extra y los que tenían más dificultad pues ahora tendrán alguna posibilidad, pero va a seguir habiendo diferencias entre los que adelantan mejor o peor.

P. Senna dijo una vez: “Todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón”. ¿Lo comparte?
R. Seguramente es cierto. Siempre tiene que ganar alguien, pero luego, en la historia de la Fórmula 1, si le preguntas a cualquiera te dice 10 nombres, no te dice más, porque son los que han calado o los que han hecho algo extraordinario. Y esos nombres siempre son los de Lauda, Fangio, Prost, Senna y toda esta gente. Campeones hubo muchos más, sólo que quedan olvidados.

P. No se incluye.
R. Cuando me retire, a ver si he ganado lo suficiente para ser recordado. Y si no lo soy, pues me retiraré igualmente muy contento y orgulloso de la experiencia vivida en este deporte.


Capitulo II: Intimo y personal

“Me gustaría que se hiciera una película de mi vida”

UNA ENTREVISTA DE MIGUEL SANZ Y MARCO CANSECO

Hoy hace justo 10 años, el 4 de marzo de 2001, Fernando Alonso (Oviedo, 1981) disputaba su primer gran premio de Fórmula 1 en Australia. Pese a llevar el peor coche de la parrilla y salir 19º, terminó la carrera 12º, un gran resultado. Desde entonces ha disputado más de 150 carreras y acumula abundantes viajes, trofeos, experiencias y anécdotas, pero sigue enamorado de la F1.

PREGUNTA. Dice que sigue enamorado de este deporte. ¿Le gustaría seguir vinculado a él más adelante, en el muro de un equipo o siendo jefe de alguno?
RESPUESTA. No lo sé. Diría que no a día de hoy porque lo que me gusta es conducir y si no corro en Fórmula 1 algún día será difícil dejar un volante porque es lo que llevo haciendo toda mi vida. Por eso creo que preferiré pasar los fines de semana subido en un kart o en un kartcross divirtiéndome yo por mi cuenta que haciendo cualquier otro trabajo.

P. Es decir, que de presidente de la FIA ni hablamos…
R. No, no creo.

P. Entonces, todo ese talento, los trucos de carreras que se sabe, la experiencia de tantas victorias... todo quedará en el tintero.
R. Bueno ya veremos, seguramente se puede aplicar en un futuro con algún piloto joven, o quizás algún día tenga la ocasión de poder decírselo a alguien. También hay proyectos como el del circuito mío de Asturias, donde habrá una buena labor de educación vial y donde puedes contar a la gente tus experiencias o aprovecharlas en algún curso de conducción deportiva. Sí, creo que podré aprovechar todo lo que he podido conocer en estos años de carreras.

P. Y usted, ¿alguna vez ha necesitado pedirle un consejo a alguien, en sus inicios o ahora?
R. Deportivamente hablando la verdad es que no, seguramente a mi familia algo, pero de decisiones o cosas que tienes que hacer, no de pilotaje.

P. ¿Algún sacrificio especialmente doloroso que recuerde?
R. Seguramente el sacrificio mayor es dedicar nuestra vida, nuestros primeros 30 ó 40 años de vida, única y exclusivamente a esto.

P. ¿Siente que ha perdido la juventud?
R. Sí, he perdido prácticamente todo lo que sería una vida normal, pero bueno, lo compensa lo que vivo en la Fórmula 1 y soy consciente de que cuando me retire tendré una edad en la que ya no voy a hacer otras cosas. De los 15 a los 40 años vives sólo para esto.

P. Sea sincero… ¿algún día, como al resto de mortales, no le ha apetecido ir a la oficina a currar?
R. [Pausa larga, mirando a la ventanita del hospitality de Ferrari] Bueno, hay días… Hay que pensar que nosotros tenemos ocho días de entrenamientos y 20 carreras al año. El resto de los 200 días se van en preparación física, en 60 ó 70 eventos al año, siete u ocho rodajes de televisión al año y alguno de esos días fuera del coche pues… algún madrugón te pegas y si es para rodar un anuncio o mensajes para televisión, pues te da algo más de pereza, pero los haces también.

P. Sigue sin Twitter o Facebook, y debe ser casi el único piloto ya. ¿Para Ud. no sería una forma ideal de hablar con sus fans sin intermediarios, de hacerse entender mejor?
R. Es que no tengo ninguna necesidad de explicarme mejor. Al final de mes me paga Ferrari por pilotar un coche, ir al simulador, trabajar con los ingenieros. Si un día dicen algo de mí y tengo que aclararlo en una red social o si otro día dicen que he comprado una casa en Canarias y tengo que desmentirlo en otra red social, o si otro dicen que se me ha escapado el perro y un coche ha tenido que frenar en un paso de cebra y tengo que salir a aclararlo… Yo no tengo que aclararlo, no vivo de eso, vivo de conducir un coche.

P. Lo decía por tener precisamente más contacto con los suyos.
R. Yo a los míos les llamo todoslos días por teléfono.

P. Perdone que insista, pero es que da la sensación de estar muy atento a todo lo que se publica, de algunos foros en la red donde no tiene buena imagen, y que le preocupa.
R. Que no, que no, no me preocupa. Lo que está claro es que hay 40 millones de personas en España y habrá 100, 1.000 o 10.000 que hablan y hacen ruido y otros 39.980.000 que están en casa haciendo la comida a sus niños y llevándoles a la guardería, disfrutando de la carrera del domingo, viendo el fútbol y yéndose a dormir. Esos no tienen tiempo para hacer el t o n t o.

P. Usted tuvo un susto importante con un camión montando en bicicleta hace poco. ¿Uno no puede evitar los riesgos?
R. A ver, todos los días nos la jugamos y cualquiera que vaya al trabajo en coche, también. Nadie sabe lo que puede pasar. Aquél día iba en bici con otro amigo, a mí el camión me pasó muy cerca y al de delante le tocó el hombro sin llegar a tirarle, y luego se fue hacia la cuneta, o sea que si llegamos a estar un poco delante se habría acercado demasiado… Estamos siempre con la famosa duda. ¿Qué haces? No te vas a quedar en casa siempre y más con los pocos test que hay. Los rallies o el karting o lo que sea para nosotros es el día a día, es imprescindible entrenarse de alguna manera.

P. Por cierto ¿sabe Ferrari que monta usted en avioneta?
R. [Se ríe] No hay problema, son seguras.

P. Sabe que dice mucho la frase, “por tanto, cero preocupaciones”. Es un clásico en la prensa y aplaudimos cuando la dice…
R. Es que me he acostumbrado a decir siempre la misma frase, dado también por las mismas preguntas que normalmente recibo [se ríe con cara de mala idea]. Más que nada porque hago una rueda de prensa en inglés, otra en italiano, otra en español, a veces en francés en las cuales el 80% son preguntas repetidas, por lo que tienes unas respuestas ya estándar. A veces sé que me preguntáis por las nuevas normas y respondo otra cosa diferente, pero porque la tengo ya automatizada.

P. Ahora que lo dice… ¿Se da cuenta de que siempre suele empezar sus respuestas con “no” y muchas veces termina dando la razón al periodista?
R. Mira, he aprendido a intentar no decir nada en las respuestas porque creo que carecen de valor muchas veces. Cuando hay algo que contar o una información exacta, pues se sabe. Cuando hay una clasificación, se sabe quien ha hecho la pole y se intenta explicar qué ha salido bien y qué mal, los reglajes, la lluvia, etc. Eso creo que es lo interesante porque da información al público. Lo demás es tan genérico que carece de importancia, como las ruedas de prensa en los test: [se rie] intento alargar las respuestas para no tener que decir nada porque la información real que hemos recogido es totalmente confidencial.

P. Hablando de confidencias. Amenaza siempre medio en broma con un libro para desenmascararnos a todos… ¿lo hará?
R. Yo creo que sí

P. ¿Pero lleva un diario de a bordo con todo?
R. Aquí lo tenemos [señala a su mánager, Luis García Abad, que estuvo en aquella primera carrera en 2001 y asiente cómplice].

P. ¿Le gustaría que hicieran una película sobre su vida?
R. Sí [con tono de ¿porqué no?]

P. ¡Vaya!, pero de qué tipo, drama, comedia…
R. ¡De terror! No, a ver, estoy seguro de que con ella muchos aficionados se sorprenderían de cómo es el día a día, o un entrenamiento. Seguro que hay gente con curiosidad de saber a qué hora te levantas o cómo es un día normal, qué haces cuando acabas un test, tu avión, qué haces en casa, si tienes la nevera vacía porque no has parado por allí en muchos días... las típicas cosas o anécdotas que en forma de película o cualquier formato seguro que a la gente le gustaría.

P. ¿Es cierto que se levanta alguna mañana y no sabe en que hotel está, qué gran premio es o incluso qué año es?
R. Hombre el año sí, no estoy tan mal… pero sí que a veces te despiertas, te suena el hotel, pero no sabes bien si es Australia o Francia. Hace dos años, donde más noches dormí en la misma cama fue en Australia, porque fui unos días antes a hacer un evento y estuve 12 días, y no estuve 12 días durmiendo en la misma cama en todo el año, en mi casa nunca estuve 12 días seguidos. Creo que con esto la gente se lleva una mejor idea de la vida que llevamos.

P. ¿Guarda algún talismán de los primeros días, como aquella pistola de agua, las pulseras, etc?
R. Ahora no llevo nada.

P. ¿Se ha quitado ya todas las supersticiones con los números también?
R. No, sigo, sigo con ellas, pero menos. Como estos últimos años las cosas salían mal pues llevaba cosas que pensaba que me iban bien y como salían mal pues me daba cuenta de que no servían para nada, así que me dije, vamos a empezar de cero.

P. ¿El tío más inteligente que ha conocido?
R. Mi padre.

P. ¿Y de dentro de las carreras?
R. Mi padre también.

P. ¿Ha contado todos los trofeos que tiene?
R. No, seguro que mi padre lo sabe porque está todo organizado para ir al museo, pero vamos de Fórmula 1 hay los sesentaipico podios, pero luego del kart creo que tengo unos 200. Junto a los premios y galardones y diplomas pues en total habrá unos 400 ó 500.

P. ¿El más bonito? ¿El que siempre que entra en esa habitación mira primero?
R. El de campeón del mundo es el que más me gusta, el que más respeto impone, pero me gusta también el de Inglaterra, el de la victoria en 2006 porque es todo dorado, diferente al resto que son cromados, es todo color oro.

P. Lo más caro que se ha comprado últimamente… pero pagando usted con tarjetazo.
R. Un bolso para mi mujer.

P. ¿Y algo que no se ha podido comprar con dinero y que le gustaría tener?
R. Joer qué preguntas… Hacer una vida normal, ir a un restaurante y cenar tranquilo. Así que, posiblemente, ser invisible.

Marca escrito
Transcripción de Narnia (Publispain)