El 4 de marzo de 2001, Fernando Alonso Díaz (Oviedo, 1981) formaba por primera vez en la parrilla de salida de un Gran Premio a bordo de un Minardi en Australia. Diez años después se ha convertido en un símbolo del deporte español, que hasta su irrupción jamás había conseguido una victoria en la Fórmula 1. Era una especialidad con apenas 300.000 seguidores en España, por los seis millones actuales, sólo superados por el fútbol. Fernando recuerda su trayectoria y confiesa sus inquietudes en una entrevista íntima concedida a MARCA en exclusiva.
3/03/2010 MIGUEL SANZ Y MARCO CANSECO
PREGUNTA. ¿Qué recuerda de aquel 4 de marzo de 2001 en el Gran Premio de Australia? ¿Piensa alguna vez cómo era usted y en qué condiciones llegó a la Fórmula 1 con aquel Minardi?
RESPUESTA. Pues no la rememoro mucho. La verdad es que no me suelo acordar nunca de ella. Si hago memoria ahora que me lo preguntas pues me acuerdo, porque tengo bastantes recuerdos de aquel día, pero pensarlo yo…
P. ¿Ni siquiera por cómo vivió el debut?
R. Hombre, tenía una sensación muy buena, de sentirme muy feliz, muy privilegiado de poder estar allí porque siempre el debut es emocionante. Estuve en Australia toda la semana con ganas de que llegara el domingo para debutar porque el lunes ya iba a poder decir que había participado en un Gran Premio de Fórmula 1, así que era una gran sensación.
P. ¿Es verdad que no conocía la cara de muchos pilotos y que Barrichello le pareció… poca cosa físicamente?
R. No, no dije nada de ninguno, pero sí que no les conocía demasiado. Yo siempre había corrido en karting, luego la Fórmula Nissan era siempre en España y la tele no daba la Fórmula 1. Sólo pude haber sabido algo de ellos cuando corrí la F3000, que era el mismo fin de semana de carreras, pero tampoco les veías en el paddock porque no era el mismo, así que conocía muy poco de todos.
P. ¿Se sentía pequeñito?
R. Sí… quizá no pequeñito, pero sí que me sentía raro. Lo que más cambia de la F1 respecto a otras categorías es la atención mediática, las cosas que tienes que hacer con eventos y patrocinadores, las fotos tuyas con el casco y sin el casco, la de la parrilla con todos los pilotos como si fuésemos un equipo de fútbol… Todo aquello no existía en otras categorías, por lo que los días previos a la carrera había toda esta acumulación de cosas que te hacían sentirte, si no pequeño, muy raro, estresado.
P. ¿El Minardi aquél era un ‘hierro’ o ahora que ha probado de todo lo recuerda con cariño?
R. No creo que fuera tan malo, sobre todo el chasis. El motor sí que era un Cosworth desfasado de años atrás y no estaba a un nivel muy bueno, pero el coche, para el debut, era fenomenal: frenaba mucho más que cualquier coche que hubiera probado, aceleraba mucho más, corría mucho más y me parecía que era buenísimo en aquella época.
P. ¿De todas las F1 que ha vivido en 10 temporadas, la más excitante es la de los potentes motores V10?
R. Yo creo que sí, los años 2004 ó 2005 con diferencia, porque el coche era más potente, había guerra de neumáticos entre Bridgestone y Michelin, neumáticos que nos hacían rodar un par de segundos más rápidos, y los motores tenían 900 caballos de potencia. Incluso con la aerodinámica tan precaria que teníamos hace seis años comparada con la de ahora, en Cheste rodábamos en 1:08 por 1:14 de ahora, seis segundos más rápido. Esos coches serán difícilmente igualables.
P. ¿Algún día contará la verdadera historia del ‘no’ a Ferrari en 2001?
R. Pues es que no hubo tampoco nada firme. Tenía la oportunidad de correr con Prost, que tenía motor Ferrari, que es como si ahora alguien tiene la oportunidad de correr con Sauber o con Toro Rosso, no tienen nada que ver con Ferrari. Prost sólo tenía motor Ferrari y la oferta era correr allí y luego a lo mejor ser probador de Ferrari o a lo mejor no y tener que volver a la F3000. No me aseguraban nada, mientras que Renault... pues sí que me ofrecía una posibilidad con una perspectiva mejor, correr en Minardi un año pero luego entrar en Renault oficialmente y máximo ser un año probador para, al final, poder correr.
P. Al final ganó usted esa batalla, el tiempo lo ha demostrado.
R. Bueno, gané dos campeonatos con Renault y no me quejo, me salió bien aquello.
P. ¿Diez años después uno sigue amando este deporte o el tiempo lima todos los cariños?
R. Sí, sí [rotundo]. Lo entiendes mejor también, sabes que no son sólo carreras de coches, que la Fórmula 1 también es mucho negocio e intereses. Tienes que quererlo con las cosas buenas y las malas que tenga.
P. ¿Ha cambiado el punto de vista sobre algunos temas que antes no soportaba?
R. Sí, claro. Acabas viendo que no es una competición pura y dura, que los coches no son iguales, que las reglas no son iguales para todos a veces. Sabemos que hay que aceptarlo así porque quizá parte del encanto de la Fórmula 1 también venga por esto, porque si no sería una GP2 y la GP2 no tiene el interés de la Fórmula 1.
P. No sé si sabe el dato. En el 75% de las carreras que ha disputado ha quedado igual o mejor que de donde salía antes de llegar a meta o retirarse. Sólo Schumacher tiene un porcentaje similar en esta década. ¿Qué le dice esto?
R. [Se ríe] Nada… no lo interpreto de ninguna manera en particular, sólo que he tenido siempre suerte de contar con coches muy buenos en mi carrera. De los peores coches que he tenido igual fue el R29 de 2009 y con ése logré un podio en Singapur. Ya quisieran algunos que uno de los peores coches que tuvieron les permitiese lograr un podio, pensando en la gente que corre en Sauber o Force India o estos equipos. Así que he tenido suerte.
P. ¿Pero no define a un campeón que siempre esté por encima de su coche?
R. No lo sé… [pausa larga]. Creo que es difícil valorar los resultados de un coche o un piloto. Tú haces tu trabajo y eres lo más profesional posible para ayudar a tus equipos. Nada más. Sólo que siempre intentas dar el máximo.
P. Oiga, que modesto es. ¿Nunca se ha sorprendido a sí mismo?
R. Pues… [larguísima pausa]
P. ¿Nunca se ha dicho ‘¡coño, que bueno soy!’?
R. Es que si te sorprendes siempre es de manera negativa. Cuando haces la cosas bien, todo va bien y a veces si te sales de la pista o te subes a un bordillo, haces medio trompo y te adelanta un coche, cuando acaba la carrera te exiges a ti mismo que eso no vuelva a pasar porque es un error que no tenía que haber ocurrido.
P. ¿Se ha sentido alguna vez en inferioridad de condiciones con algún rival o compañero? ¿Ha pensado ‘éste es mejor que yo’?
R. No. Sabes que muchas veces es imposible luchar con muchos equipos, como era el caso de 2003, 2004, 2008 ó 2009, donde Ferrari o McLaren dominaban claramente y tú estabas en Renault o Minardi y te tienes que contentar con sextos, séptimos o algún podio de vez en cuando. Ahí sí que te resignas un poco a que es imposible luchar de tú a tú con ellos porque van demasiado rápido.
P. ¿Y en inferioridad de trato?
R. Seguramente en el año en McLaren, en 2007, me sentía un poco fuera del equipo en sí, no compartía prácticamente nada de lo que hacían.
P. ¿Se arrepiente de alguna cosa que haya dicho en todo este tiempo, o si la lee ahora la matizaría?
R. No [rápido] Todo estaba muy pensado y lo que dije fue sabiendo lo que decía y la verdad que decía. Si molestó la verdad alguna vez no era problema mío en ese momento.
P. ¿El tamaño de uno se mide por el número de sus enemigos, o de sus amigos?
R. Mira, mi preocupación no es retirarme de este deporte con más amigos que enemigos, yo no corro en la Fórmula 1 para hacer amigos, sino para lograr muchos títulos. Porque significaría que para lo que me han contratado, he cumplido. En todo caso sí que creo que valoras a las personas por el cariño que se les muestra o los amigos que tiene, como ha pasado ahora con el accidente de Kubica. Ha habido una respuesta unánime detodo el paddock, todos los equipos, todos los pilotos, porque es un piloto diferente, con su carácter, con su todo, pero querido en general. Cuando pasa algo como esto se demuestra todos los amigos que tiene o todo el cariño que se le puede tener y esto es bonito.
P. En 2006 decía que no se veía hasta los 37 años corriendo y de repente, casi de la noche a la mañana, se ve otra década rodando por el mundo. ¿Qué ha ocurrido entre tanto?
R. Pues sí, creo que en aquel momento pensaba que ya era bastante, quería vivir también algo de esta vida que pierdes y tampoco pensaba encontrarme tan a gusto como me encuentro ahora en Ferrari. Ahora tengo otro nivel de ver las cosas, otra paciencia. Estar en Ferrari ha sido una bonita sorpresa, es mucho mejor de lo esperaba y eso que esperaba un equipo de leyenda, mágico, pero es más de lo que se ve desde fuera. Por eso ahora no tengo prisa por marcharme, aquí disfruto haciendo segundo, octavo o el 23º, disfruto por el hecho de pilotar un Ferrari.
P. Ahora lleva usted ese Ferrari, puede adelantar mejor, siempre ha sido de los que arriesgan en esa maniobra hasta
con el Minardi. Que ahora sea más fácil con tanto alerón y kers, ¿le molesta?
R. No, creo que no molesta. Es cierto que va a haber más oportunidades y todos vamos a aprovecharlo, los que tienen más facilidad para adelantar tendrán algo más de ventaja extra y los que tenían más dificultad pues ahora tendrán alguna posibilidad, pero va a seguir habiendo diferencias entre los que adelantan mejor o peor.
P. Senna dijo una vez: “Todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón”. ¿Lo comparte?
R. Seguramente es cierto. Siempre tiene que ganar alguien, pero luego, en la historia de la Fórmula 1, si le preguntas a cualquiera te dice 10 nombres, no te dice más, porque son los que han calado o los que han hecho algo extraordinario. Y esos nombres siempre son los de Lauda, Fangio, Prost, Senna y toda esta gente. Campeones hubo muchos más, sólo que quedan olvidados.
P. No se incluye.
R. Cuando me retire, a ver si he ganado lo suficiente para ser recordado. Y si no lo soy, pues me retiraré igualmente muy contento y orgulloso de la experiencia vivida en este deporte.
Capitulo II: Intimo y personal
“Me gustaría que se hiciera una película de mi vida”
UNA ENTREVISTA DE MIGUEL SANZ Y MARCO CANSECO
Hoy hace justo 10 años, el 4 de marzo de 2001, Fernando Alonso (Oviedo, 1981) disputaba su primer gran premio de Fórmula 1 en Australia. Pese a llevar el peor coche de la parrilla y salir 19º, terminó la carrera 12º, un gran resultado. Desde entonces ha disputado más de 150 carreras y acumula abundantes viajes, trofeos, experiencias y anécdotas, pero sigue enamorado de la F1.
PREGUNTA. Dice que sigue enamorado de este deporte. ¿Le gustaría seguir vinculado a él más adelante, en el muro de un equipo o siendo jefe de alguno?
RESPUESTA. No lo sé. Diría que no a día de hoy porque lo que me gusta es conducir y si no corro en Fórmula 1 algún día será difícil dejar un volante porque es lo que llevo haciendo toda mi vida. Por eso creo que preferiré pasar los fines de semana subido en un kart o en un kartcross divirtiéndome yo por mi cuenta que haciendo cualquier otro trabajo.
P. Es decir, que de presidente de la FIA ni hablamos…
R. No, no creo.
P. Entonces, todo ese talento, los trucos de carreras que se sabe, la experiencia de tantas victorias... todo quedará en el tintero.
R. Bueno ya veremos, seguramente se puede aplicar en un futuro con algún piloto joven, o quizás algún día tenga la ocasión de poder decírselo a alguien. También hay proyectos como el del circuito mío de Asturias, donde habrá una buena labor de educación vial y donde puedes contar a la gente tus experiencias o aprovecharlas en algún curso de conducción deportiva. Sí, creo que podré aprovechar todo lo que he podido conocer en estos años de carreras.
P. Y usted, ¿alguna vez ha necesitado pedirle un consejo a alguien, en sus inicios o ahora?
R. Deportivamente hablando la verdad es que no, seguramente a mi familia algo, pero de decisiones o cosas que tienes que hacer, no de pilotaje.
P. ¿Algún sacrificio especialmente doloroso que recuerde?
R. Seguramente el sacrificio mayor es dedicar nuestra vida, nuestros primeros 30 ó 40 años de vida, única y exclusivamente a esto.
P. ¿Siente que ha perdido la juventud?
R. Sí, he perdido prácticamente todo lo que sería una vida normal, pero bueno, lo compensa lo que vivo en la Fórmula 1 y soy consciente de que cuando me retire tendré una edad en la que ya no voy a hacer otras cosas. De los 15 a los 40 años vives sólo para esto.
P. Sea sincero… ¿algún día, como al resto de mortales, no le ha apetecido ir a la oficina a currar?
R. [Pausa larga, mirando a la ventanita del hospitality de Ferrari] Bueno, hay días… Hay que pensar que nosotros tenemos ocho días de entrenamientos y 20 carreras al año. El resto de los 200 días se van en preparación física, en 60 ó 70 eventos al año, siete u ocho rodajes de televisión al año y alguno de esos días fuera del coche pues… algún madrugón te pegas y si es para rodar un anuncio o mensajes para televisión, pues te da algo más de pereza, pero los haces también.
P. Sigue sin Twitter o Facebook, y debe ser casi el único piloto ya. ¿Para Ud. no sería una forma ideal de hablar con sus fans sin intermediarios, de hacerse entender mejor?
R. Es que no tengo ninguna necesidad de explicarme mejor. Al final de mes me paga Ferrari por pilotar un coche, ir al simulador, trabajar con los ingenieros. Si un día dicen algo de mí y tengo que aclararlo en una red social o si otro día dicen que he comprado una casa en Canarias y tengo que desmentirlo en otra red social, o si otro dicen que se me ha escapado el perro y un coche ha tenido que frenar en un paso de cebra y tengo que salir a aclararlo… Yo no tengo que aclararlo, no vivo de eso, vivo de conducir un coche.
P. Lo decía por tener precisamente más contacto con los suyos.
R. Yo a los míos les llamo todoslos días por teléfono.
P. Perdone que insista, pero es que da la sensación de estar muy atento a todo lo que se publica, de algunos foros en la red donde no tiene buena imagen, y que le preocupa.
R. Que no, que no, no me preocupa. Lo que está claro es que hay 40 millones de personas en España y habrá 100, 1.000 o 10.000 que hablan y hacen ruido y otros 39.980.000 que están en casa haciendo la comida a sus niños y llevándoles a la guardería, disfrutando de la carrera del domingo, viendo el fútbol y yéndose a dormir. Esos no tienen tiempo para hacer el t o n t o.
P. Usted tuvo un susto importante con un camión montando en bicicleta hace poco. ¿Uno no puede evitar los riesgos?
R. A ver, todos los días nos la jugamos y cualquiera que vaya al trabajo en coche, también. Nadie sabe lo que puede pasar. Aquél día iba en bici con otro amigo, a mí el camión me pasó muy cerca y al de delante le tocó el hombro sin llegar a tirarle, y luego se fue hacia la cuneta, o sea que si llegamos a estar un poco delante se habría acercado demasiado… Estamos siempre con la famosa duda. ¿Qué haces? No te vas a quedar en casa siempre y más con los pocos test que hay. Los rallies o el karting o lo que sea para nosotros es el día a día, es imprescindible entrenarse de alguna manera.
P. Por cierto ¿sabe Ferrari que monta usted en avioneta?
R. [Se ríe] No hay problema, son seguras.
P. Sabe que dice mucho la frase, “por tanto, cero preocupaciones”. Es un clásico en la prensa y aplaudimos cuando la dice…
R. Es que me he acostumbrado a decir siempre la misma frase, dado también por las mismas preguntas que normalmente recibo [se ríe con cara de mala idea]. Más que nada porque hago una rueda de prensa en inglés, otra en italiano, otra en español, a veces en francés en las cuales el 80% son preguntas repetidas, por lo que tienes unas respuestas ya estándar. A veces sé que me preguntáis por las nuevas normas y respondo otra cosa diferente, pero porque la tengo ya automatizada.
P. Ahora que lo dice… ¿Se da cuenta de que siempre suele empezar sus respuestas con “no” y muchas veces termina dando la razón al periodista?
R. Mira, he aprendido a intentar no decir nada en las respuestas porque creo que carecen de valor muchas veces. Cuando hay algo que contar o una información exacta, pues se sabe. Cuando hay una clasificación, se sabe quien ha hecho la pole y se intenta explicar qué ha salido bien y qué mal, los reglajes, la lluvia, etc. Eso creo que es lo interesante porque da información al público. Lo demás es tan genérico que carece de importancia, como las ruedas de prensa en los test: [se rie] intento alargar las respuestas para no tener que decir nada porque la información real que hemos recogido es totalmente confidencial.
P. Hablando de confidencias. Amenaza siempre medio en broma con un libro para desenmascararnos a todos… ¿lo hará?
R. Yo creo que sí
P. ¿Pero lleva un diario de a bordo con todo?
R. Aquí lo tenemos [señala a su mánager, Luis García Abad, que estuvo en aquella primera carrera en 2001 y asiente cómplice].
P. ¿Le gustaría que hicieran una película sobre su vida?
R. Sí [con tono de ¿porqué no?]
P. ¡Vaya!, pero de qué tipo, drama, comedia…
R. ¡De terror! No, a ver, estoy seguro de que con ella muchos aficionados se sorprenderían de cómo es el día a día, o un entrenamiento. Seguro que hay gente con curiosidad de saber a qué hora te levantas o cómo es un día normal, qué haces cuando acabas un test, tu avión, qué haces en casa, si tienes la nevera vacía porque no has parado por allí en muchos días... las típicas cosas o anécdotas que en forma de película o cualquier formato seguro que a la gente le gustaría.
P. ¿Es cierto que se levanta alguna mañana y no sabe en que hotel está, qué gran premio es o incluso qué año es?
R. Hombre el año sí, no estoy tan mal… pero sí que a veces te despiertas, te suena el hotel, pero no sabes bien si es Australia o Francia. Hace dos años, donde más noches dormí en la misma cama fue en Australia, porque fui unos días antes a hacer un evento y estuve 12 días, y no estuve 12 días durmiendo en la misma cama en todo el año, en mi casa nunca estuve 12 días seguidos. Creo que con esto la gente se lleva una mejor idea de la vida que llevamos.
P. ¿Guarda algún talismán de los primeros días, como aquella pistola de agua, las pulseras, etc?
R. Ahora no llevo nada.
P. ¿Se ha quitado ya todas las supersticiones con los números también?
R. No, sigo, sigo con ellas, pero menos. Como estos últimos años las cosas salían mal pues llevaba cosas que pensaba que me iban bien y como salían mal pues me daba cuenta de que no servían para nada, así que me dije, vamos a empezar de cero.
P. ¿El tío más inteligente que ha conocido?
R. Mi padre.
P. ¿Y de dentro de las carreras?
R. Mi padre también.
P. ¿Ha contado todos los trofeos que tiene?
R. No, seguro que mi padre lo sabe porque está todo organizado para ir al museo, pero vamos de Fórmula 1 hay los sesentaipico podios, pero luego del kart creo que tengo unos 200. Junto a los premios y galardones y diplomas pues en total habrá unos 400 ó 500.
P. ¿El más bonito? ¿El que siempre que entra en esa habitación mira primero?
R. El de campeón del mundo es el que más me gusta, el que más respeto impone, pero me gusta también el de Inglaterra, el de la victoria en 2006 porque es todo dorado, diferente al resto que son cromados, es todo color oro.
P. Lo más caro que se ha comprado últimamente… pero pagando usted con tarjetazo.
R. Un bolso para mi mujer.
P. ¿Y algo que no se ha podido comprar con dinero y que le gustaría tener?
R. Joer qué preguntas… Hacer una vida normal, ir a un restaurante y cenar tranquilo. Así que, posiblemente, ser invisible.
Marca escrito
Transcripción de Narnia (Publispain)
domingo, 3 de julio de 2011
FERNANDO ALONSO: 10 AÑOS DEL DEBUT DE UN MITO
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8:08
Etiquetas: Entrevistas 2011
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