Exultante y preparado para ser de nuevo campeón del mundo, continúa con su relación de amor con la escudería italiana. «Soy muy, muy feliz en Ferrari. Este equipo es mucho más de lo que podía esperar»
Ferrari ha obrado una transformación en Fernando Alonso. Ha pintado una sonrisa perenne en su cara. Nada le molesta ni incomoda. Ha templado su nervio combativo fuera de las pistas, se siente arropado por el «cavallino rampante». Ayer, tres de la tarde, circuito de Estambul, pabellón Ferrari, barba de cuatro días, camiseta roja, vaqueros oscuros, zapatillas negras y el recuerdo del Giro en la memoria, el piloto español atendió a ABC.
-¿Qué le dijo su madre cuando fichó por Ferrari?
-Estuvo encantada, como mi padre. Todas las madres quieren lo mejor para sus hijos y ella sabe que pilotar para Ferrari es lo mejor. Somos una familia de pocos gestos, pero estaba muy feliz. A ella le llamaba la atención lo de los Ferrari de calle más que los de la F-1.
-Va a pocas carreras su madre
-Sí, dos o tres al año. Intenta que haya cerca una ciudad para no aburrirse mucho...
-Usted es transparente. Si se enfada, se le nota mucho. Y se está feliz, como ahora, también.
-Sí, se me nota bastante cuando me enfado. Y sí, ahora estoy muy, muy, muy feliz. Me pongo más tenso los días de carrera por la concentración y los nervios, pero cuando llego a casa, estoy feliz con todo. Duermo muy tranquilo.
-Cuando fichó por McLaren dijo que era el equipo de su vida. Y lo mismo en Ferrari. ¿Cuál es la respuesta verdadera?
-Las dos. Cuando llegué a McLaren lo hice con toda la ilusión del mundo, después de dos títulos. Mi primer kart estaba pintado con los colores de McLaren. Luego las cosas no funcionaron como quería. El equipo no tenía nada que ver con lo que yo esperaba de él. Y Ferrari es todo lo contrario: es mucho más de lo que esperaba. En McLaren no pudo ser y en Ferrari sí.
-¿Y pudo fichar por Red Bull, no? Sus coches ahora vuelan...
-Pude fichar por muchos equipos.
-¿Hubo alguno que no se interesara por usted?
-Alguno habría, ya no recuerdo. Pero fue al salir de McLaren. Estos dos últimos años en Renault, sólo podía dar el paso a Ferrari. Y no había más ofertas que escuchar.
-¿Qué cree que tiene de diferente a los demás pilotos?
-No lo sé. Todos somos competitivos, no nos gusta perder. Supongo que siempre intento dar el cien por cien, en las carreras, en un entrenamiento o en la fábrica. Trabajo duro todos los días del año, no sólo en las carreras. Me considero constante en cuanto a rendimiento, unas veces soy cuarto, otras sexto, otras primero. Pero no hago una carrera buena y dos malas.
-¿Hay algo que le moleste más que perder?
-No, no creo.
-¿Y aceptaría que le ordenaran dejarse adelantar?
-Hombre, si mi equipo me lo pide y es por el bien de Ferrari, pues sí. Si me lo pide un rival, seguro que no.
-¿Conoce a alguien en la F-1 que diga la verdad?
-Hay pocos. Pero pasa en todos los deportes. En ciclismo uno que se ve para ganar el Tour dirá que está entrenando, que ya veremos. Y en fútbol dirán la mitad verdad y la mitad mentira. Es parte del encanto del deporte. En la F-1 es todo secreto y suposiciones. Cuando sales de una conversación, nunca sabes si te han dicho la verdad.
-¿Usted tampoco sabe si es verdad o mentira lo que le dicen?
-Claro. Igual que ellos tampoco saben si es verdad o mentira lo que yo digo.
-¿Cuántos años más se ve en la F-1?
-Pues no sé. Tres, cinco, siete... Depende de lo cómodo que esté. Ahora estoy muy feliz y no pienso en el día final. Igual dentro de cuatro o cinco años tengo otras ilusiones y será el momento de analizar.
-Nadie sabe lo que hace, ni donde para, ni por donde se mueve. ¿Considera que ha ganado la batalla de su vida privada?
-Sí. Cada uno decide lo que quiere. Y por mucho que se empeñen los demás, incluso yo puedo llegar a ser dueño de mi vida. Siempre he defendido mi privacidad, mi tiempo libre. Una cosa es mi profesión y mi imagen pública y otra, cuando estoy en casa tomando un refresco en el sofá. Ahí prefiero que no haya fotógrafos detrás de la verja. Siempre he sido claro y tajante con eso. Ahora se me respeta, vivo tranquilo y lo agradezco.
-¿Le han dado más disgustos por ahí que en la F-1?
-No. A veces da rabia que haya personas con poco respeto. Ya no me amargo.
-Protesta, es beligerante, se mete en mil charcos, pero nunca en una pelea. ¿Cómo es eso?
-Nunca me he peleado. En la escuela pasaba inadvertido, no me metía en líos, en casa no me peleaba con mi hermana...
-Todo el mundo se pelea con su hermana...
-Pues yo no, ja, ja, ja. Si ella quería un juguete, se lo dejaba. Si lo quería yo, lo mismo. Así nos han enseñado nuestros padres.
-¿Le ha parado alguna vez la Policía por exceso de velocidad?
-No. Nunca. El otro día, en un control de alcoholemia.
-¿Y?
-Nada. 0,0.
-¿Alguna vez ha perdido un puesto por un estornudo, un ataque de tos o algo así?
-Nunca ha llegado a tanto. A veces estás incómodo si tienes tos o estornudas. Si hace mucho calor, las gotas de sudor manchan la visera por dentro cuando frenas. Pero no distrae tanto como para perder la concentración.
-¿Ha entrado alguna vez en un foro de internet con un nick?
-No. Leo los periódicos, pero no opino.
-¿Cree que la gente le sigue viendo antipático?
-No lo sé. Cuando llevas tanto tiempo en los medios y eres famoso, baja un poco la antipatía. Si subes muy rápido, generas envidia y te ponen problemas. Si llevas mucho años arriba, se olvidan de ti y la toman con otro. Esto depende de tus resultados. Cuando peores resultados hacía, mejor caía. Espero caer muy mal en los próximos años porque querrá decir que gano.
-¿Se arrepiente de algo?
-Supongo que sí, si empiezas a pensar. En lo deportivo, en nada.
-¿Cuándo fue la última vez que pasó miedo?
-El otro día, al despegar de Malasia. Los rayos, la tormenta, el agua, te da por pensar y dices, a ver si despegamos de una vez.
-¿Cuál es la pregunta que nunca le hicieron y le gustaría que le hicieran?
-Si me lo dice antes, lo hubiera pensado... Algunas preguntas te sorprenden por buenas y te enseñan. Dices, yo nunca hubiera pensado eso. Y otras, te sorprenden mucho y no sabes qué decir.
-¿Quién ganará el Giro?
-Creo que Basso.
Ecos de Alonso desde Estambul
¿Qué relación tiene con los mecánicos, ingenieros, etc?
—La de cualquiera en su trabajo. Ser un chico normal. Saludar por la mañana, preguntar por su equipo de fútbol, su familia. Cosas que a veces se olvidan porque vivimos en una burbuja.
- Lo mejor y lo peor de ser Fernando Alonso
—Lo mejor es conducir estos coches. Y no sólo me refiero a los de Fórmula 1, sino también a los que a veces me dejan probar en Maranello o en otros equipos donde he trabajado. Cualquiera soñaría sólo con subirse a uno y yo los conduzco a todas horas. Soy un privilegiado. Lo peor
- Lo mejor y lo peor de ser Fernando Alonso
—Lo mejor es conducir estos coches. Y no sólo me refiero a los de Fórmula 1, sino también a los que a veces me dejan probar en Maranello o en otros equipos donde he trabajado. Cualquiera soñaría sólo con subirse a uno y yo los conduzco a todas horas. Soy un privilegiado. Lo peor
es la falta de privacidad. La vida me ha dado mucho, pero no puedo hacer cosas normales: ir a una terraza a cenar, a un bar o a bailar. Si lo hago, me graban con el móvil y al día siguiente estoy en internet o en la tele.
¿Se considera el mejor piloto?
¿Se considera el mejor piloto?
—No lo sé. Hay cinco o seis pilotos en una décima. Depende de la capacidad para sacar rendimiento en todas las circunstancias: lluvia, neumáticos duros, etc. Es casi imposible saber quién es el mejor.
¿Se fija alguna meta? ¿Los siete títulos de Schumacher?
¿Se fija alguna meta? ¿Los siete títulos de Schumacher?
—Ninguna meta de ese tipo. Sé lo que cuesta ganar un Mundial. Por tanto, pensar en ganar varios es soñar demasiado. Vamos a intentar ganar este año y luego veremos el futuro.
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