lunes, 13 de julio de 2009

Entrevista tras el GP de Malasia 2005

20 de Marzo de 2005 tras el GP Malasia

Tras recuperarse del bajón de tensión, atender a la prensa internacional y alimentarse convenientemente, Fernando Alonso parecía otro. Relajado, satisfecho, tranquilo, y disfrutando del momento. Aunque siempre realista en sus declaraciones.

-¿Que sintió al ver la bandera y entrar en meta?

-No lo sé, fue una sensación fantástica. En Hungría había ganado, y aquello era como un sueño hecho realidad. Pero esto fue una victoria trabajada. Los diez puntos en el Campeonato me saben a gloria.

-Y le han situado líder del Mundial. Es el número uno.

-Sí, es la primera vez que consigo ser líder del Mundial y, aunque no tiene mucha importancia, porque por desgracia faltan 17 carreras, el hecho de estar ahí arriba es un sueño para mí. Sé que soy el primer piloto español en conseguirlo, pero por desgracia no hemos tenido pilotos españoles en equipos grandes y yo he sido el primero que ha tenido la oportunidad. Ser el primer español también me alegra.

-El problema, más que la carrera, pareció estar en el podio. ¿Lo pasó tan mal como realmente parecía?

-Sí. En el coche no iba muy cansado, porque tampoco he tirado al máximo y las últimas vueltas fueron de mucho relax. Pero justo al bajarte del coche, y ya lo había notado el viernes, te baja mucho la presión y la tensión debido a que vas totalmente tumbado y cuando te levantas tienes esta descoordinación en el cuerpo. Aquí se incrementó un poco, y la verdad es que en el podio no veía muy bien quién estaba abajo.

-¿Ha disfrutado o está disfrutando más este triunfo o el primero, logrado en Hungría en 2003?

-Éste mucho más, porque después del año pasado, en el que el coche no estaba muy bien, la gente esperaba que lo hiciésemos mejor y se impacientaba. Esta victoria para mí es una inyección de moral muy grande, y creo que también para todos los aficionados y para todos mis patrocinadores personales, a los que les dedico el triunfo.

-¿Cómo ha sido la carrera?

-Pues creo que muy interesante desde el punto de vista de los neumáticos y del motor, en cuanto a conservar, porque tenía que hacer una carrera inteligente para poder ganar.

-¿Se hizo más dura porque no pudo beber agua y hacía demasiado calor?

-Sí, sí. Las carreras se hacen muy duras aquí. Normalmente, en otros circuitos no necesitas el agua, y esta vez tampoco he tenido agua por una avería del sistema; pero, como veía la victoria tan cerca, me olvidaba de todo lo que podía ir sufriendo.

-¿Temió en algún momento por la victoria?

-La verdad es que las últimas quince o veinte vueltas se me hicieron muy largas, pero no por lo que iba sufriendo, sino porque temía una avería de motor o algún problema con los neumáticos. Tenía los dedos cruzados para que todo fuese bien.

-¿Qué pasaba, había problemas con los neumáticos?

-Sí. Esperábamos tener un poco de problemas con los neumáticos de atrás, pero quizás no tantos como los que tuvimos en las primeras vueltas. Por eso, en el «pit-stop» bajamos un poco la rueda de delante y quitamos un poco de aire en los neumáticos de atrás para bajar la presión, y mejoró un poco el coche y se hizo más fácil de llevar a partir de ahí.

-Ahora, ¿hay que pensar en el título mundial al final de temporada?

-No, qué va. Para nada. Hay que ir carrera a carrera, porque el coche aquí ha ido un poco peor que en Australia. Tuvimos algunos problemas y podemos llegar a Bahrein, o luego a San Marino, o a otros circuitos, y encontrarnos con que otros equipos están por delante y nosotros encontrarnos octavos o novenos. Pensar en el Campeonato sería un error enorme. Hay que ser realistas y darse cuenta de que de aquí a octubre que acaba todo queda mucho tiempo y no merece la pena siquiera plantearse ahora eso.

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